Neymar es un futbolista especial, eso es innegable. En forma, discute el trono mundial a cualquiera. El curso pasado, sin ir más lejos, llevó al PSG hasta la final de la Champions y sus números desde que aterrizase en París son estratosféricos: 83 goles y 47 asistencias en 105 partidos. Pero es en la última cifra, la de encuentros disputados, donde aparece el problema. Entre lesiones y sanciones, Ney se ha perdido demasiados encuentros (algunos de importancia suprema). Lo primero no puede evitarse, pero sí lo segundo.