El fútbol siempre deja espacio para las historias, incluso en los escenarios más competitivos. Tras el sorpresivo triunfo de Botafogo sobre el poderoso PSG por 1-0 en la fase de grupos del Mundial de Clubes, una imagen captó la atención más allá del marcador: el abrazo entre Willian Pacho y su exentrenador Renato Paiva.

Pacho, hoy defensor del Paris Saint-Germain, fue una de las piezas más sólidas del equipo francés, aunque el gol de la victoria brasileña terminó desviándose en la pierna del ecuatoriano.

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Sin embargo, el resultado pasó a segundo plano cuando, tras el pitazo final, se acercó a Paiva con humildad y le entregó su camiseta como muestra de respeto.

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Renato Paiva no ocultó la emoción. Fue él quien confió en Pacho cuando apenas daba sus primeros pasos en el profesionalismo con Independiente del Valle. “Lo lanzamos cuando nadie lo veía. Y ahora mírenlo: está en el PSG, campeón de Europa”, comentó Paiva luego del partido.

Este reencuentro fue más que un cruce de rivales. Fue el reflejo de cómo una decisión oportuna en la formación de un jugador puede marcar toda una carrera.

De Independiente del Valle al Royal Antwerp, de ahí a Eintracht Frankfurt y ahora en la élite europea con el PSG, Pacho representa el fruto del trabajo bien hecho… y de la confianza recibida en el momento justo. (D)