Con los ojos hinchados por el llanto de la gloria, Tamara Salazar se subió este lunes al podio de los 87 kg de halterofilia de los Juegos de Tokio 2020 al alcanzar la medalla de plata, la tercera presea para Ecuador en la cita olímpica en curso, luego de las de oro conseguidas por la también pesista Neisi Dajomes, la jornada previa, y el ciclista Richard Carapaz, el 24 de julio.

Salazar, oriunda de Carchi, totalizó 263 kilogramos, siete menos que la campeona Zhouyu Wang, de China, y siete más que la dominicana Crismery Santana, dueña del bronce.

La ecuatoriana, que no falló intento alguno, marcó 113 kg en arranque (snatch), movimiento en el que fue tercera entre trece competidoras. En cargada y envión (clean and jerk), registró 150 kg y desplazó a Santana.

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Al saberse parte del podio, si bien ya no alcanzaría lo más alto, la tricolor de 23 años gritó, se arrodilló y su emoción fue incontenible. También lo fueron las lágrimas y la dedicatoria al cielo.

Una vez en la premiación, Salazar subió con pierna derecha, aplaudió y volvió a señalar al cielo. El llanto seguía siendo inevitable para la pesista, que recibió la presea de plata por parte de la organización, la besó, la elevó y se la colgó.

En el momento de agarrar el ramo de las medallistas, la carchense se equivocó de pieza, se hizo con la correspondiente a la vencedora. Segundos después la devolvió y tomó la correcta de la bandeja.

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Tras sonar el himno de China, Zhouyu Wang invitó a Salazar y Santana a acompañarla en lo más alto y ser retratadas abrazadas. La ecuatoriana, con la medalla de plata en la mano derecha y dialogando con la dominicana, con quien además salió entre abrazos.

Así fue la premiación de Tamara Salazar en los 87 kg de halterofilia de Tokio 2020:

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(D)