Juan Manuel Correa, a los 21 años, tiene la vida por delante y cientos de retos que puede trazarse en el ámbito deportivo y profesional. El fatal accidente en el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 2, en el 2019, no obstante fue un serio problema en muchos sentidos. Algunos sugerían que era una locura que el piloto nacido en Quito volviese a las pistas este año, y, a su vez él comprendía que las escuderías no estuvieran convencidas de que ya estaba listo para correr. Pero Juan Manuel, un chico pragmático y metódico -así lo describe su padre, Juan Carlos Correa-, logró volver. ¿La clave? Perseverancia, tenacidad y pasión. Conforme avanzaron los test de pretemporada y las pruebas correspondientes al campeonato FIA de Fórmula 3, en el que compite para el equipo francés ART Grand Prix, él narra que “ha encontrado muchas respuestas desde muchas preguntas que tenía antes de treparme a un carro por primera vez”. Por tanto, las conclusiones que ha obtenido a partir esas respuestas es que, si bien era “posible regresar”, el hecho de ya estar en las pistas conduciendo “no significa que estoy al ciento por ciento y no significa que va a ser fácil”. Juan Manuel conversó con EL UNIVERSO, vía Zoom, desde Francia antes de su participación el pasado fin de semana en la segunda ronda del mundial de Fórmula 3, disputado en el circuito Paul Ricard, en Le Castellet. Su rehabilitación la intensifica en España, tras las “18 o 20″ operaciones que lleva de momento.

El pasado febrero decía usted que estaría listo para conducir un coche de Fórmula 3 incluso antes que para caminar, y lo logró. ¿Qué conclusiones ha obtenido desde la ocasión en que volvió a las pistas?

He tenido muchas respuestas desde muchas preguntas que tenía antes de treparme a un carro por primera vez, y creo que la conclusión más grande es que esto va a ser como me lo esperaba: un reto muy grande, el reincorporarme de nuevo en este mundo a este nivel tan alto automovilístico. También una conclusión muy importante que pude probarla es que era posible el regresar... y pude probar y enseñar a la gente que lo que yo decía no era tan loco, que sí iba a poder correr este año Fórmula 3. Pero el hecho de que ya esté corriendo este campeonato no significa que estoy al ciento por ciento, y no significa que va a ser fácil, sigue siendo un reto monumental el que tengo por delante, y esa es la conclusión: que esto es solo la mitad del trabajo, por decirlo así. La recuperación fue muy dura, estoy muy orgulloso de haberlo logrado, pero aún falta la otra parte que es volver a tener éxito en estas categorías y volver a ponerme en una posición donde pueda continuar subiendo esta escalera hacia la Fórmula Uno.

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¿Cuáles eran esas dudas que tenía o que usted pensaba que tenían las escuderías?

Había muchas dudas médicas de que si físicamente iba a poder tener la fuerza para frenar el carro, si iba a tener suficiente movimiento en el tobillo para poder acelerar sin problemas, si iba a haber mucho dolor con las vibraciones en el carro. Te podría hacer una lista de todas las dudas que teníamos y los riesgos; y esas eran solo las dudas de poder o no poder manejar, y después venían todas las dudas de qué tal me iba a ir, si mentalmente iba a tener algún tipo de miedo o algún tipo de trauma psicológico una vez que me vuelva a trepar al carro por lo que había pasado en el accidente, cuánto tiempo me iba a tomar en volver a un nivel alto, y esas son las dudas que aún siguen en juego, porque aún no estoy en un nivel donde estaba antes del accidente. Al inicio, el conseguir el asiento fue muy difícil también para este año, porque las escuderías no estaban convencidas de que yo iba a estar listo para correr y pensaban que era un gran riesgo el firmarme para este año, porque cuando estaba tratando de firmar el contrato para 2021 aún seguía en una silla de ruedas con la jaula metálica en la pierna derecha.

Explique lo dicho en una entrevista: que se siente más a gusto y seguro en las pistas que afuera.

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Llevo corriendo desde los 7 años, entonces, siento que estar en la pista es una sensación muy única, porque estás muy solo ahí afuera y todo depende de ti, y a veces en la vida muchas cosas no dependen ciento por ciento de ti y eso es una sensación del poder, quizás, y también de presión que sientes en la pista, pero a mí me encanta esa sensación. Y también mi vida entera desde que soy muy joven ha girado en torno a este deporte.

¿Cómo marcha su proceso de recuperación en España?

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Voy a tener que hacer rehabilitación fácilmente un año más. Esto es un proceso muy largo, e incluso diría que nunca dejaré de hacer rehabilitación solo para mantener y estar con las piernas al ciento por ciento de lo que puedan estar. Es como dar un mantenimiento constante; entonces por ahora está previsto hacerlo hasta finales de este año. En postemporada, este año, tengo que hacerme unas operaciones pequeñas, nada muy grande en comparación con lo que hemos hecho.

Juan Carlos Correa (i) describe a su hijo, Juan Manuel, como un chico pragmático, metódico y menos sentimental de lo que él se considera. Foto: Cortesía

¿Cuántas cirugías más calcula de ahora en adelante?

Hasta ahora han sido alrededor de 18 o 20, no sé cuántas serán después de esta temporada, pero seguramente voy a tener algunas más durante el resto de mi vida relacionado con esto. Yo digo que ahora tengo piernas clásicas, como tener un auto clásico, muy delicado ahí abajo, y hay que seguir restaurándolo, dándole mantenimiento, y solo es algo con lo que tendré que lidiar el resto de mi vida.

Si usted decidía dejar de ser piloto, ¿qué profesión estuviera desempeñando hoy?

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Seguramente me hubiera gustado volver a estudiar, no sé si un título completo en universidad y quizás trabajando junto con mi padre, aprendiendo de él; los negocios es algo que me interesa mucho y tengo un poco el ojo puesto sobre eso. Quizás para cuando me retire de ser piloto (estudie de negocios). De hecho ya hice un curso durante el tiempo que estuve en Miami.

¿Cuáles fueron las sensaciones el día que volvió al lugar del accidente en Bélgica?

No fue fácil, pero fue positivo el estar ahí, en el aniversario (francés Anthoine Hubert), el poder ver el lugar del accidente en persona de nuevo, el poder un poco cerrar este capítulo, esa herida abierta, fue bueno para mí. También hablé con la mamá de Anthoine en persona. En ese entonces también en la parte de mi recuperación que estaba, creo que me ayudó a darme una motivación para seguir con mi recuperación y volver a las pistas.

Según el calendario de la FIA, el 29 de agosto próximo tiene que competir en el circuito de SPA.

Este año volveré a ir de nuevo en agosto, a la carrera, vamos a ver cómo se siente eso. Ahora es un poco diferente porque ya estoy corriendo y tengo más cosas que me mantendrán concentrado en eso y no tendré que pensar en el accidente. SPA siempre será un lugar especial y siempre quedará marcado en mi carrera deportiva.

(D)