A una semana de que arranquen los que prometen ser los Juegos más vistos de la historia, la organización no gubernamental Human Rights Watch denunció hoy el deterioro de los derechos humanos en Francia, una situación que choca con los valores olímpicos con restricciones como la de portar velo en el deporte.

En un informe titulado ‘Guía para periodistas: Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Verano de París 2024′, esta ONG recoge las preocupaciones en materia de derechos humanos que conciernen al periodo olímpico, pero también a la sociedad francesa.

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“Los Juegos Olímpicos son un buen momento para sacar a la luz el deterioro de la situación de los derechos humanos en Francia”, declaró la directora para Francia de Human Rights Watch, Bénédicte Jeannerod, en un comunicado.

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Tanto los valores olímpicos de inclusión y no discriminación como la consigna de París, ‘Abramos a lo grande los Juegos’, colisionan, prosigue, con el “abuso” y la “discriminación sistémica” a la que las minorías racializadas hacen frente en Francia.

El Comité Olímpico Organizador (COI), que adoptó en 2022 un marco de DD.HH., prevé que París 2024 sea “la primera edición de los Juegos” que integre esa medida, lo que Human Rights Watch no ve del todo posible con el aumento de la “erosión del Estado de derecho en Francia”.

A modo ilustrativo el comunicado recuerda que la Carta Olímpica “prohíbe expresamente” la “discriminación de cualquier tipo” como “principio fundamental del olimpismo”, lo que no estaría cumpliéndose, por ejemplo, para las atletas musulmanas francesas que portan velo.

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La restricción en el uso de esa prenda religiosa en el ámbito deportivo se anuló a partir de 2014 por excluir a millones de mujeres y niñas de la participación en deportes como el fútbol y el baloncesto, pero Francia la mantendrá durante estos Juegos.

La legislación del país galo lo veta bajo el principio de laicidad en todas las categorías deportivas, ya sea a nivel de federaciones o de aficionados.

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El problema, subraya esta ONG, es que esta coyuntura “discrimina a las atletas del propio país anfitrión de los Juegos Olímpicos” y les “impide ejercer sus derechos humanos”, dado que las atletas de otras naciones podrán competir con él puesto.

Las limitaciones, detalla Human Rights Watch, “van en aumento” y también afectan a la libertad de expresión, al derecho a la protesta pacífica y a la libertad de asociación.

La organización humanitaria ve también un agravante en la nueva ley, pionera en la UE, de videovigilancia de las Olimpiadas basada en algoritmos, “que discriminan a las minorías racializadas” en un contexto postelectoral en el que se ha incrementado la “retórica racista, xenófoba y discriminatoria”.

A nivel global, este informe aborda también la violencia sexual y de género a la que los atletas han de enfrentarse.

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Una de las prácticas que condena en el ámbito deportivo es la regulación de la participación de las mujeres mediante “pruebas de sexo” dirigidas a las atletas con mayores niveles de testosterona - aquellas que tienen, por ejemplo, síndrome de ovario poliquístico -, con las que se “normalizan cirugías innecesarias” y se violan, según estimó la Corte Europea de DD.HH. en 2023, su privacidad. (D)