Rafael Nadal y Carlos Alcaraz perdieron ante los estadounidenses Austin Krajicec y Rajeev Ram (6-2 y 6-4) y quedaron fuera de la lucha por las medallas del torneo de dobles masculino de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Los norteamericanos, cuartos favoritos, que tardaron una hora y 38 minutos en resolver el compromiso de cuartos de final, jugarán las semifinales contra los checos Tomas Machac y Adam Pavlasek.

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Así, París se quedó sin Rafael Nadal, despedido con honores de la pista Phillipe Chatrier por un público siempre entregado y que termina por asumir el final al que se ve abocado, superado por el tiempo, condicionado por la salud, el hombre más relevante en la competición de la que hacen gala, Roland Garros que junto al que está llamado a ser su sucesor Carlos Alcaraz, cerró su aventura en París 2024.

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Fue un adiós que se vio venir casi desde el principio del partido ante los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram, dos doblistas más que consolidados que impidieron el trasvase de los españoles a las semifinales, a la carrera por el podio. Los norteamericanos ganaron por 6-2 y 6-4, en una hora y 38 minutos.

Un quiero y no puedo de ‘Nadalcaraz’ que fue siempre contracorriente. Un intento vano o insuficiente de rentabilizar y de trasladar las virtudes de uno y otro, brillantes por separado, en la competición de parejas en la que no están acostumbrados a participar. Alcaraz, que no ha disputado torneo alguno de dobles en lo que va de 2024, saltó a la pista con noventa minutos de carga extra en sus piernas. Dos horas antes había tenido que lidiar con el ruso Roman Safiullin el pase de octavos a cuartos en individual.

Nadal ya tenía la mente y el cuerpo metidos de lleno en el dobles después del duro varapalo en singles, superado con una rotundidad sospechada por Novak Djokovic. Una derrota dolorosa dos días atrás que digirió como pudo pero sin efecto sobre la pista en el duelo de octavos contra los neerlandeses.

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Y es que para el balear el dobles era más que un gran desafío. La oportunidad última de salir de unos Juegos con un metal al cuello, con un logro más que apuntalar un historial impecable, exitoso. Le faltó rodaje a Nadal. En individual y por parejas. Más allá de la ilusión. Una oportunidad que quiso darse y que siempre mereció. Una medalla posible. La más deseada. (D)