El recordado Ford Mustang de la película Bullitt (1968) fue subastado y se convirtió en la unidad por la que más dinero se ha pagado de todas la versiones de este modelo.

Quienes vieron la cinta y al actor Steve McQueen (1930-1980) manejándolo a toda velocidad por las calles de San Francisco estaba viendo una de las mejores escenas de persecución automovilística de la historia del cine. Para todas las tomas del filme se usaron dos Ford Mustang GT de 1968. El que era para los saltos y acrobacias terminó en un deshuesadero, mientras que el otro terminó en las manos de un particular al que el estudio (Warner Bross) se lo vendió en 1974 por $3500. Su nombre era Robert Kierman.

Cuenta el mito que McQueen siempre le quiso comprar el auto a Kierman, pero cuál buen coleccionista nunca accedió.

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Así estaba el Mustang 68 para la subasta.

Sin embargo, tras perderse en el tiempo, en 2018 este icónico Mustang vio los flashes de las cámaras de nuevo en el aniversario 50 de la película y apareció en el Salón del Automóvil de Detroit. Ese mismo año Ford lanzó una edición especial por el mismo motivo.

Pese a que luego de la muerte de Kierman su hijo Sean lo heredó, esta semana decidió dejarlo ir en una de las subastas más grandes del mundo y fue vendido en Florida por el récord de 3,4 millones de dólares. Cifra que lo convierte en el Mustang más caro de la historia.

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El lanzamiento del primer Mustang se realizó en 1964 y rápidamente se convirtió en un auto que revolucionó el mercado al ser un deportivo que estaba más alcance de las masas. (I)