A las 00:00 del viernes 9 de octubre, Fito Páez hizo un En Vivo de Instagram para ver, junto con sus seguidores, el lanzamiento del video en YouTube de su canción Maelström, de su último trabajo musical ‘La conquista del espacio’.
Explicó que el significado del tema, una especie de “salida de una tormenta”, habló sobre la animación y el estilo gráfico del video (dirigido por Lonzo) y respondió algunos comentarios, en una presentación atípica y transmedia.

El músico argentino no para, ni en este año con muchas trabas para la industria artística. Con 57 años lanzó su álbum de estudio número 23, de una calidad impresionante: cuenta con la participación de la Nashville Music Scoring Orchestra, el regreso del bajista Guillermo Vadalá -que ha tocado en nueve discos del músico argentino-, y la participación del reconocido baterista Abe Laboriel Jr. Además, intervinieron músicos como: Lali, Ca7riel, Hernán “Mala Fama” Coronel, Juanes, entre otros.

Con esta producción está nominado a tres premios Grammy: álbum del año, mejor disco de pop rock y mejor canción pop rock por ‘La canción de las bestias’, un tema que brilla entre los demás del álbum.

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El próximo 1 de noviembre hará la presentación oficial de La conquista del espacio en vivo, vía streaming, desde el Movistar Arena de Buenos Aires, con su banda completa. Las entradas se compran en su sitio oficial, fitopaezmusica.com . Conversó con El Universo sobre la pandemia, la vida actual y su música.

¿Cómo se lleva con el mundo actual, con la pandemia por coronavirus y cuál cree que es el papel de la música en este lío actual?

Me llevo mal, como todo el mundo no hay ninguna otra manera, como con la muerte, nadie quiere pasar por ahí. La familia Páez optó por cuidarse y cuidar a los demás, retirarnos en confinamiento, para utilizar esa arma a favor de la salud nuestra y de todos con los que nos vinculamos, siguiendo protocolos para trabajar.

Estoy en la otra punta de las personas que niegan el COVID-19 y la existencia de una pandemia feroz que está cargándose todo. Con extrema lucidez, con suerte estamos en una casa donde podemos bañarnos, comer, compartir momentos de intimidad.

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La música el papel que siempre cumple, en definitiva, de formar parte de tu vida sentimental, de tu crianza. La vida va sucediendo y la música se sigue desarrollando, no solo como un mojón de emoción. El otro día vi uno de los streaming más hermosos que vi esta temporada, el de Liliana Herrero (música argentina), me pasé llorando, un repertorio extraordinario con dos grandes músicos. Ese es el papel que cumple.

Durante el confinamiento, hizo varios streaming, hubo muchísima gente conectada, escuchando, agradeciéndole. ¿Qué cree que ha aportado a la música en español y a la gente que lo escucha?

No soy yo el quien va a determinar esto. Lo que me tocó hacer, casi naturalmente por mi condición de hombre pensante, fue intentar ubicarme adentro de la larga genética de la música americana y sentirme como un eslabón, pequeño eslabón te diría.

Creo que, y lo digo sin falsa humildad, me caen mal los falsos modestos, tuve la suerte en estar tres grandes gabinetes de la música argentina, cuatro te diría: los de Charly García, Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta y Gerardo Gandini. Eso a mí me honra y la vez me obliga a estar a la altura o intentar estar a la altura de estos grandes artistas.

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Por supuesto, compartí muchas horas con Mercedes Sosa, de quien también aprendí sobre cómo estar adentro de esta materia que es el magma musical, o tantos músicos aquí y allá.

Me siento como un espectador en primera fila dentro de la música latinoamericana

Después de tantos años, seguramente ha tenido muchos motivos para hacer música. ¿Qué lo mueve para seguir haciendo música y si es el mismo motivo por el que componía, cantaba hace tres décadas?

Son cuestiones misteriosas, no hay un motivo por el cual alguien pinte, o haga música. Hay una pulsión interior, que te obliga, casi como una especie relación sadomasoquista, la expresión te obliga a que le des un cuerpo, no hay un motivo, aunque ha habido canciones o expresiones urgentes, que surgen en coyuntura, como en 2001 hice ‘El diablo de tu corazón’, que podría ser una canción escrita hoy, hay algo interno que te lleva a escribir o hacer música, no lo puedo definir.

En este disco hay canciones desoladoras, a veces con mucha esperanza desolador. ¿Cómo eligió estos temas, o los encerró en uno solo trabajo?

Yo soy de los dinosaurios que hacen álbumes, las canciones adquieren cierta empatía entre ellas, esta empatía está ligada a veces en el carácter de oposición que tienen entre sí. Fíjate que el disco termina una canción como ‘Todo se olvida’ y cinco
canciones antes tienes ‘La canción de las bestias’, que están en las antípodas. Sin embargo, hay materias que son extraliterarias, como la música, la armonía, la tímbrica, los arreglos, que hacen que puedan generar empatía, estar dentro de un álbum y convivir como se convive en cualquier familia. En una casa no somos todos iguales.

Más al grano, yo soy muchas personas, una de ellas es muy agnóstica y la otra es esperanzada. Esa es la manera en la que se encuentran esas dos músicas después del álbum

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¿Cómo ha sido la experiencia de la preparación de este evento en línea?

Estamos en pleno laboratorio, una larga lista de temas, vamos a usar recursos gráficos, de sonido, estamos analizando todo porque es muy nuevo, la puesta va a ser impresionante. Un concierto como si estuviéramos en (el estadio de) River Plate
metidos adentro de un rectángulo, de un televisor.

¿Para ti, Fito, qué le falta al mundo y qué le sobra a la sociedad?

Es lo que tenemos, sobra es gente con muchísimo dinero y gente con muy poco dinero, pero es una charla que lleva… ¿cuántos años? Aconsejo ver un documental que está en Netflix, que ya es de consulta diaria como la Wikipedia, sobre el efecto de redes sociales en la vida de todos, muy duro, y aparte hecho por personas que estuvieron en Silicon Valley, en la formación de Facebook, Google, lo que sienten luego de haberle dado cuerda a esa maquinita.

En el mismo punto estaríamos como las neurociencias, que estamos en un punto en el que pueden alterar un valor de una
cadena genética y no sabes en qué va a acabar. Lo más macabra, que va a cambiar y generar mutaciones. Lo otro es el día a día, la obsesión por el rédito feroz, sin que prive ninguna ética o moral en medio, seguramente la pandemia lo que hizo fue, como en una sala donde se revelaban antes las fotografías, fue poner sobre un papel en qué situaciones estábamos los seres humanos y lo que vimos a muchos no nos gustó nada.

¿Ud. se ha visto en este problema de no sentirse en el suelo con el asunto de las redes sociales?

A veces sí, pero en seis meses, terminé una película escribí 600 páginas de una autobiografía (que saldría en 2021), la verdad que mucho tiempo no tienes. Es un problema que lo veo en mis hijos, están más junkies del teléfono, yo tengo lo que
corresponde a un señor de mi edad. (E)