La mujer en el cine negro; los primeros pasos que destruyeron el mito de un género de hombres

El cine juega un papel importante como arte para relevar y exaltar no solo a la mujer como ente principal de la sociedad sino como parte fundamental de las luchas y conquistas sociales a través de la historia. Hoy las mujeres ocupan lugares importantes dentro de la industria cinematográfica, no solo como actrices sino como directoras, guionistas y variadas funciones que dotan de calidad a las películas.

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Desde las directoras pioneras como Lois Weber, Mabel Normand o Alice Guy que dieron sus primeros pininos detrás de la cámara en la época del cine silente, Norman incluso fue una de las musas de Chaplin en varias de sus películas, hasta las que innovaron la técnica y el lenguaje de este arte del siglo XX.

Como fue el caso de Leni Riefenstahl, una de las maestras del cine documental, que a pesar de haber utilizado su arte para servir a uno de los regímenes más criminales de la historia como el nazi, sus documentales son una muestra de la maestría del montaje y del uso de la cámara, o las más contemporáneas como María Luisa Bemberg, Lina Wertmuller, Margarethe von Trotta, la genial Agnes Varda, hasta las oscarizadas Sophia Coppola o Katryn Biegelow.

En el plano nacional se destacan figuras como Tania Hermida, María Fernanda Restrepo, Gabriela Calvache, Ana Cristina Barragán, Isabel Dávalos, Mónica Mancero, Yanara Guayasamín, entre otras.

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Un caso excepcional, la mujer en el cine negro

Uno de los géneros que revolucionó no solo la historia del cine sino que dio un vuelco total al tratamiento que se le había venido dando a la mujer en las películas. De mujer sumisa, obediente e incluso de ser tomada como un objeto, se convirtió en el eje donde giraba la trama del film. El cine negro empodera a la mujer a facetas pocas veces vistas, y no solo con sus protagonistas, sino que fue el vehículo para que las mujeres sean también las productoras y directoras de este tipo de películas, un género que al igual que el western era eminentemente masculino.

Y dentro de las más emblemáticas actrices del género están Rita Hayworth o Veronica Lake, Lauren Bacall o Barbara Stanwyck, Mary Astor, mujeres poderosas, dueñas de su destino, que desplazan al protagonista masculino para ser ellas el centro de la atención, utilizando inteligencia y seducción destruyen el mito de un género de hombres. Son las primeras damas del cine negro.

Ellas dejaron huellas

El cine nos ha mostrado la evolución de la figura femenina, desde sus inicios donde se presentaba una imagen estereotipada de mujer sumisa y sexualmente atractiva hasta su marcada evolución, cuando la industria asume su mayoría de edad, que la muestra en diversos géneros como un personaje con entidad propia, decidida y arrojada, sean modelo de esto las películas del western caso de la inquietante Joan Crawford en la mítica Johnny Guitar. O las femmes fatales del cine negro como Rita Hayworth o Veronica Lake, Lauren Bacall o Barbara Stanwyck, mujeres poderosas, dueñas de su destino.

Pero eso en cuanto a actrices se refiere, pero el cine negro ofrecería más espacio para las mujeres, como fue el caso de la brillante, Virginia van Upp, poderosa productora de los estudios Columbia, que fue parte del éxito de la película de Orson Welles, La dama de Shangai y artífice del éxito de otra joya del noir como Gilda, que catapulta al estrellato a Rita Hayworth.

Otro ejemplo es la escritora Leigh Brackett, prestante guionista y colaboradora del director Howard Hawks. De su pluma surge el guion de la película El sueño eterno, adaptación de la novela de Raymond Chandler, vehículo para el lucimiento de Lauren Bacall y Humphrey Bogart, siempre ligada al ambiente del noir; colaboraría con Robert Altman en la nueva versión de El largo adiós.

Silvia Richards es otra importante guionista de este género y también una figura trágica. Su nombre esta detrás de guiones de clásicos del cine como Rancho Notorius y Secreto tras de la puerta, de Fritz Lang, Pasión bajo la niebla, de King Vidor y Amor que mata, su rutilante carrera se destruyó al ser incluida en la Lista Negra del Macartismo.

Pero lo que vale resaltar es la presencia de Ida Lupino, popular actriz norteamericana y femme fatale del noir, hizo películas de la mano de prestigiosos directores como Fritz Lang, Raoul Walsh y Nicholas Ray. También destacó dirigiendo la cámara. Lupino se convertió en la única mujer que dirige un film noir durante el periodo clásico del género, cuyo título es The hitch hiker (1953), cine negro en estado puro, película atrevida y con un peso sicológico abrumador, la misma que sería referente para posteriores producciones de diversos directores que usarían de base la temática, víctimas, asesino serial y carretera.

Lupino es ejemplo de mujer que no se sometió a los estudios, se distanció de la Warner y crea su propia productora. Se convierte en actriz independiente y se encarga de elegir sus papeles sin intromisión de nadie, hace también de guionista, y dirige para estudios pequeños películas cuya temática feminista tenían poco apoyo de los grandes estudios, además de tratar situaciones sensibles como embarazos no deseados, violaciones y violencia familiar.

Lupino es una vanguardista en lo que se refiere a la producción y dirección de películas, en un momento en que los hombres mantenían el control de los grandes estudios.

Estas y otras mujeres que pocas veces las encontramos en las historias oficiales del cine son destacadas por Jean Pierre Esquenazi en su libro sobre el cine negro, y con razón dijo que este género aparte de ser popular también fue subversivo no solo por las temáticas sino por la presencia de mujeres fuertes que apostaron su permanencia y manejo de muchas producciones del género y lograron ganar. (I)