La nueva película de Guillermo del Toro, Nightmare Alley, ambientada en un macabro mundo carnavalesco de la década de los 40, es una parábola moderna sobre la ilusión, la mentira y la codicia, dijeron el director e integrantes del elenco.

El filme, que se estrenó ayer viernes, es el primero de Del Toro desde la ganadora del Óscar La forma del agua, y está protagonizado por Bradley Cooper como un “lector de mentes” que estafa a sus ricos clientes montando farsas en sesiones de espiritismo.

El equipo de Del Toro construyó un escenario de carnaval a gran escala de la época de la Segunda Guerra Mundial, reviviendo “espectáculos geek en los que vagabundos debían realizar actos horripilantes obligados por empresarios que se aprovechaban de su adicción al alcohol o al opio.

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“Es una acusación a cierto tipo de capitalismo, a cierto tipo de explotación de otras personas para tu propia felicidad”, dijo el coprotagonista Willem Dafoe, quien interpreta al presentador de carnaval Clem Hoately.

“Era un mundo hermoso para explorar, aunque un poco oscuro”, agregó durante una conferencia de prensa.

La historia, basada en una novela de William Lindsay Gresham y previamente adaptada al cine en 1947, está centrada en el misterioso Stan Carlisle, interpretado por Cooper, quien se suma a una compañía de carnaval y aprende rápidamente el arte del mentalismo.

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El director de cine Guillermo del Toro posa en la alfombra roja durante el estreno de la película 'Nightmare Alley', el 1 de diciembre de 2021, en Nueva York (EE. UU.). EFE/Justin Lane Foto: EFE

Tras cansarse de engañar a los clientes comunes a través de mensajes codificados a su asistente Molly (Rooney Mara), Stan se une a la psiquiatra y mujer fatal Lili (Cate Blanchett) para atrapar a clientes millonarios con promesas de que puede contactar a sus seres queridos fallecidos.

“Hay un vacío en él y una necesidad de más, más y más que encuentro pertinente” con el mundo de hoy, dijo Del Toro, quien eligió a Cooper en parte “porque parece una estrella de cine de los años 30 y 40″, señaló.

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En Shape of Water (La forma del agua), que ganó el premio a la mejor película y al mejor director en los Óscar de 2018, Del Toro evocaba el racismo a través de un romance entre una mujer y un extraterrestre en un laboratorio militar de la Guerra Fría.

De igual manera, el maestro del terror mexicano quiso “imbuir” su última película “de la ansiedad de esta época”.

“No queríamos hacer una película sobre la época. Queríamos hacerlo sobre el ahora”, dijo. “Este momento esencial en el que estamos, en el que tenemos que distinguir la verdad narrativa y la mentira narrativa de la realidad, es muy importante”.

Fotograma cedido por 20th Century Studios donde aparece el director de cine Guillermo del Toro (i) mientras habla con los actores (i-d) Ron Perlman, Bradley Cooper, Toni Collette, Roony Mara y Mark Povinelli, durante el rodaje de la película "Nightmare Alley", que se estrena este viernes en EE. UU. y llegará a otros países durante las navidades. Foto: EFE

Director de ‘inadaptados’

Considerada como el último peso pesado entre las películas que compiten por el Óscar en ser exhibida este año ante la crítica, Nightmare Alley ha recibido elogios por las actuaciones de Cooper y Blanchett, así como por su extravagante escenografía.

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“Reconstruimos el 100 % del carnaval”, explicó la diseñadora de producción Tamara Deverell.

Dafoe, quien recordó haber sido adicto al carnaval de niño y haberse sentido atraído por su mundo “oscuro y romántico”, dijo que el proyecto de Del Toro lo sedujo, tanto por su propuesta como por su forma.

El actor estadounidense destacó del director mexicano su trabajo habitual con “inadaptados, monstruos y personas que están fuera de la sociedad”.

En todas sus películas, dijo, Del Toro “humaniza a esas personas e impulsa nuestra comprensión y compasión”. (E)