Una historia que genera una pregunta. Así es la trama de Vidas pasadas o Past lives, de la directora surcoreana-canadiense Celine Song, que se presentó por primera vez en el Festival de Cine de Sundance el 21 de enero del 2023 y llegó a las salas de cine estadounidenses en junio de ese año.

En Ecuador, la película se estrenará el próximo 15 de febrero.

¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de volver a encontrarte con tu amor de la infancia, incluso si ya estuvieras enamorado de otra persona? Song tomó esa interrogante y la convirtió en el filme bilingüe que está nominado como mejor película en los premios Óscar 2024.

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Es a través de las actuaciones en inglés y coreano de Greta Lee y Teo Yoo, en los papeles de Nora y Hae Sung respectivamente, que se narra esta cinta: dos mejores amigos que se separan durante la niñez cuando ella se muda a Canadá.

Con una nueva vida y en un idioma totalmente desconocido para Hae Sung, más de 10 años después, Nora reconecta con él, se prepara para recibirlo y presentarle a su esposo, un estadounidense. ¿Cómo se sentirán ella y su pareja cuando ella se reencuentre con su amor perdido?

Esta película es una descripción increíblemente conmovedora de aquellas fuerzas intangibles que nos unen, pero que a veces nos separan. A largo de la historia, se introduce un concepto coreano llamado In-Yun, palabra que significa destino y sugiere que en cualquier lugar del tiempo si conociste a ‘tu persona’, la volverás a encontrar por circunstancias de la vida.

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Al igual que Nora, la directora Song se mudó cuando tenía doce años de Corea del Sur a un país lejano y una experiencia en particular la inspiró a escribirla. El hecho de que se haya basado en una situación real que vivió, hace que a través de su dirección, podamos absorber cada momento doloroso que nos muestra en la pantalla.

Vidas pasadas nació cuando me encontré sentada en un bar en East Village, Nueva York, entre mi esposo y mi amor de la infancia de Corea, que ahora es un amigo. Estaba traduciendo entre coreano e inglés para estas dos personas porque no hablaban el idioma del otro. Y mientras traducía entre estos idiomas y cultura, también me di cuenta de que estaba traduciendo partes de mí misma”, explica.

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Es por eso que el lenguaje en la cinta, que tiene 1 hora y 46 minutos de duración, es parte fundamental de la narración. Los que vean la película podrán sentir algo universal en la historia de Nora, pues es durante su etapa de adultez que se reencuentra con su primer amor, y regresará por un momento a ser la persona que dejó de ser cuando partió de su hogar natal.

¿Qué pasa si nos enfrentamos a una versión pasada de nosotros mismos con la que ya no nos identificamos?, ¿Sería más feliz si las cosas hubieran sido diferentes?, son otras de las interrogantes que se harán luego de verla.

“Tal vez no sabes lo que es cruzar el océano Pacífico y cambiar de país; en cierto modo, tienes que renunciar a un idioma y una cultura. Todo el mundo puede sentirse conectado con la sensación de que ya no es la persona que era en el pasado”, expresa Song.

Esta es un poema encantador y doloroso sobre el destino, las circunstancias, el tiempo, el cambio, las elecciones que hacemos y las complejidades de nuestras vidas. Quizás no exista una oportunidad perdida, sino sólo lo que debe suceder en nuestra vida presente. (E)

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