Los años 30, en plena época de la Gran Depresión, fueron el caldo de cultivo para que el género del terror floreciera en los EE. UU. Decenas de personas buscaban en el cine una vía de escape para soportar o hacer llevadera la cotidianidad de la crisis económica, que era más terrorífica que las propias películas.

Es en ese marco que los estudios Universal, la casa del terror, volverían a aprovechar la saga de los monstruos clásicos para sacar un nuevo título después del éxito de Drácula, y este fue Frankenstein, basado en la novela de 1917 de Mary Shelley. Lo que no sospechaban los dueños del estudio, los Laemmle, es que este personaje iba a engalanar la galería de los monstruos clásicos del cine.

Frankenstein cumple 200 años

La novela ya había logrado ser adaptada al teatro donde había cosechado éxitos, pero es el cine el que logra dar a la criatura de Shelley el carácter de fenómeno de masas.

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Para su adaptación cinematográfica se encargó la dirección al británico James Whale, que de plano rechaza al actor Leslie Howard para que encarne al científico creador del monstruo y sugiere para este papel a un colega de la misma nacionalidad, el actor Boris Karloff (William Henry Pratt, su verdadero nombre), que se queda con el papel de la criatura.

El éxito rotundo de este filme responde a varios factores como la dirección de Whale, que lo hace de manera impecable, su uso de los planos es poderoso y tiene una fuerza sobrecogedora que se demuestra de manera especial en la perturbadora escena del laboratorio donde se crea al monstruo.

También se rescatan los decorados que representan con fidelidad el espíritu delirante de la novela, igualmente la fotografía a cargo de Arthur Edeson le confiere al filme un clima y atmósfera inquietante, eso más los artilugios del laboratorio con toda su parafernalia de objetos eléctricos que costaron $ 10.000.

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Y, por último, vale mencionar la presencia inquietante de Boris Karloff, que se considera el aporte más importante de la película, no solo por el físico adecuado, sino que insufló al personaje del monstruo un emocionante humanismo, todo esto aderezado con el impecable trabajo de maquillaje de Jack Pierce, el maestro de maestros del maquillaje cinematográfico, que es a quien se debe el triunfo rotundo de Karloff, pues el monstruo es una verdadera creación de Pierce al plasmar en él esa dualidad entre fealdad y dolorosa indefensión.

La película 'Frankenstein' se basó en la novela de 1817 de Mary Shelley.

Hoy, 90 años después de su creación, la cultura popular refleja siempre en el imaginario de todos a través de cómics, juguetes y todo tipo de objetos la imagen de Karloff y su monstruo, que han vencido al tiempo.

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La película al estrenarse logró recaudar más de 25 millones de dólares cuando su producción costó apenas 250.000 dólares, lo que llevaría a la productora a realizar una continuación del filme, estableciendo un camino para las secuelas que tanto se popularizaron en décadas posteriores.

Datos:

  • Para realizar Frankenstein se utilizaron los decorados de Drácula que todavía se conservaban en el estudio.
  • El papel de la criatura se lo otorgaron a Bela Lugosi, pero en la fase de prueba el actor húngaro no estuvo de acuerdo con el maquillaje porque, según él, sus fanáticos no lo reconocerían. La productora lo apartó del proyecto.
  • Por desconocimiento del original literario, los guionistas pusieron al científico el nombre de Henry en lugar de Víctor como estaba en la novela original.
  • El primer filme de Frankenstein se realizó en la etapa muda en 1910, por parte de los estudios Edison y el monstruo lo encarnaba Charles Ogle. (I)