En la zona comprendida entre las calles Panamá, Loja, Tomás Martínez, Imbabura, Luis Urdaneta, que se ha puesto de moda en Guayaquil, se encuentran algunas esculturas, como El cangrejero, El canillita, El betunero, de Alberto Spencer, de Vicente Rocafuerte, pero para Denis Dau Karam, presidente de la Comisión Deporte para Todos del Comité Olímpico Ecuatoriano, hace falta una que le rinda homenaje al niño deportista ecuatoriano.

Es por eso que tomó la iniciativa de crear este monumento para fortalecer los valores en los practicantes para una mejor convivencia, tomando en cuenta la equidad de género, comunicación y salud, “como integradores de una mejor calidad de vida dentro de la comunidad y su entorno social. Lamentablemente en nuestro medio no se respeta al niño, que es la razón de ser de toda actividad que el ser humano acomete. En el aspecto deportivo, el niño posee un lugar preponderante porque se inicia en él un proceso meticuloso, altamente científico y técnico hasta llevarlo al alto rendimiento deportivo”, dice Dau, educador y planificador deportivo de larga data.

Para que este anhelo se haga realidad, se envió una solicitud remitida por el presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano, Jorge Delgado Panchana, dirigida a la alcaldesa de la ciudad, para que permita ubicar esta obra escultórica en la calle Panamá. Dicha comunicación se la entregó el 4 de marzo del presente año y “se espera una pronta respuesta a este justo pedido del deporte ecuatoriano”, resalta Dau y añade que quiere hacer un homenaje de respeto y cariño “a aquel pequeño ser que, por medio del juego, se constituye en la piedra angular del deporte competitivo en un futuro no muy lejano”.

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La escultura se levantaría en una zona turística de Guayaquil. Foto: Alex Carrillo J.

El profesor Dau dice que el Municipio ya eligió el sitio ideal donde finalmente se levantará la escultura, este es el malecón del Salado. “Un buen lugar porque por allí transitan muchos transeúntes”, comenta.

En el Ecuador existen varias estatuas dedicadas al niño, pero particularmente al niño deportista no, dice. “En otros países podrían existir, no lo sabemos, pero sin lugar a dudas en países con alto desarrollo deportivo, al niño se le otorga suma importancia que se evidencia en los planes, programas y proyectos que lo benefician”.

Como educador deportivo, Denis Dau ha estado en contacto con niños en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, en Dinader-Guayas, en el Campeonato Interbarrial de Fútbol por 34 años, “conjuntamente con don Carlos Pérez Perasso, recordado director de Diario EL UNIVERSO, con quien hicimos realidad la Ciudad Deportiva, donde miles de niños se han solazado jugando su deporte favorito por más de 19 años (2004); ahora, ante la evidente necesidad, se pensó en erigir una figura escultórica al niño deportista ecuatoriano, además de homenajearlo, como un recordatorio permanente de que le debemos amor, respeto y consideración”.

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Para esta iniciativa, Dau ha encontrado desinteresados aliados como el Comité Olímpico Ecuatoriano, Liga Pro y CS Emelec, “a quienes consigno mi agradecimiento imperecedero”, dice.

El artista

El encargado de construir la escultura es el destacado artista César Augusto Montalvo. “Se escogió a César Augusto por ser un versátil y connotado artista ecuatoriano, cantor, arquitecto, escultor, pintor, profesor universitario y poeta, con 60 años de experiencia. Fue seleccionado para construir esta escultura, avalado por su proficua obra y apoyo a las manifestaciones de toda índole”, destaca Dennis Dau, quien dice que la instalación de la escultura se dará una vez que se reciba la autorización del Municipio de Guayaquil.

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Denis Dau y César Augusto esperan que la estatua pueda ser apreciada pronto en una zona de Guayaquil.

¿Cuáles fueron los lineamientos para crear la estatua dedicada al niño deportista? César Augusto responde que “hay que educar a los niños, y el deporte es maravilloso para que ellos puedan desarrollarse. Hay un refrán viejísimo que dice: ‘Mente sana en cuerpo sano’ y por ahí vamos. Creo que los niños tienen que practicar deportes y también tienen que estudiar para mejorar sus condiciones”, enfatiza el artista.

El artista explica el proceso de creación de la escultura. “Tomó su tiempo porque es una estatua de un metro setenta. Hay que hacerla primero en barro, luego hay que pasarla a yeso y por último, ponerla en fibra. Después se le añade una estructura para que pueda aguantar. Al final, se le pone fibra de vidrio”.

El mensaje de la escultura es que los niños se integren “tanto a las disciplinas deportivas como educativas, artísticas, culturales, musicales. Que se interesen por la pintura, instrumentos musicales y así evitar que tengan una sociedad podrida, destrozada, llena de delincuentes y drogas. Lo bueno es que este mensaje va a estar a la vista de todos y tiene que calar en el sentimiento popular”.