La variada gastronomía del Ecuador se antoja amablemente para maridarla con una variedad de vinos. Así viajó al país para descubrirlo el enólogo español José Manuel Pérez Ovejas. El asesor, bodeguero y viticultor fue invitado por el club Vino Mundo, con quienes ha preparado una serie de encuentros para compartir conocimientos, experiencias y su carta de exclusivos vinos Dominio de Calogía, laureado en su continente de origen (así como su propietario).

Pérez se reunirá con entusiastas de esta bebida hoy en Guayaquil, mañana en Cuenca y el jueves en Quito. Considerándolas las ciudades más importantes de Ecuador, el experto celebrará catas con sus ciudadanos.

"El objetivo es apoyar la introducción de Dominio de Calogía en un país tan importante, que aprecia tanto los vinos, como es Ecuador", resaltó Pérez.

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Dominio de Calogía es su proyecto personal, una bodega boutique, ubicada en pleno corazón de la Ribera del Duero, a una altitud de 840 metros. “Tenemos una producción muy pequeña, a partir de un viñedo propio de 22 hectáreas con la variedad tinto fino o tempranillo, que es la variedad reina y autóctona de la Ribera del Duero. Hemos apostado por un por un vino con una personalidad propia con con un estilo, con una identidad muy marcada”.

España tiene una gran riqueza y una gran cultura de vino y ese es el espíritu de lo que desea compartir Pérez con los ecuatorianos. “Desde pequeño ya mi padre empezó a inculcarme el amor por el viñedo, por el vino. Y de hecho no podemos entender una buena comida si no está acompañada de un buen vino. En este caso, yo que procedo de una zona donde se consume mucha carne, mucho lechazo, asado, pues la bebida que mejor armoniza es el vino tinto”.

En otras zonas, donde hay más pescado, el vino blanco es el que más se consume. Por ejemplo, dice Pérez, ese sería el vino ideal para la costa ecuatoriana, siempre de 5 a 6 grados, recomienda el experto.

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“El vino es protagonista de muchas reuniones familiares, de amigos. Todo gira en una botella de vino encima de la mesa, cuando se comparte forma parte de las relaciones sociales”, resalta Pérez. Por eso, dice, las personas interesadas en ser parte de la cultura del vino, primero no deben temer convertirse en alcohólicos, “nada más alejado de la realidad”, sostiene Pérez.

“Animo a los consumidores que empiecen con vinos más fáciles, vinos más ligeros y luego ya pues poquito a poco se encontrarán con un mundo que les va a encantar, les va a apasionar y cuando uno se va introduciendo en el mundo del vino, ya no va a salir de él porque va a disfrutar mucho mejor la comida y también, como decía anteriormente, forma parte de las relaciones sociales que el vino sin duda fomenta”, reflexiona el enólogo europeo. (E)