Las historias basadas en la Segunda Guerra Mundial siempre han sido un éxito taquillero para Hollywood, siendo una de las obras más populares la película italiana “La vida es bella”, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni.
Esta película no solo arrasó en la ceremonia de los Premios Óscar de 1999, donde ganó en las categorías de mejor actor, mejor película de habla no inglesa y mejor banda sonora, sino que cautivó a millones de personas con la historia de un padre que es llevado junto a su hijo a un campo de concentración nazi e intenta protegerlo mentalmente de la situación, diciéndole que todo es un juego.
El papel del pequeño Giosué Orefice es justamente el que impulsó la carrera de Giorgio Cantarini, quien tiene 31 años y se mantiene en contacto con el mundo del arte.
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Giorgio Cantarini, estrella de “La vida es bella”
Según La Nación, el rol del inocente Giosué en la película, inspirada en la historia real del judío italiano Rubino Romeo Salmonì, estaba casi destinado a ser interpretado por Cantarino.
Y es que el joven se presentó al casting con otros cientos de niños, luego de que Benigni publicara el aviso en un diario, pero solo él captó la atención del director a primera vista.
En entrevistas, el hoy adultó explicó que la trama de “La vida es bella” era muy complicada para él, así que se la contaron como un cuento, una historia entre buenos y malos.
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Vida actual
Para Cantarini, deshacerse de la imagen de niño que se tenía de él fue casi imposible, aunque igual obtuvo pequeños papeles en obras como “Lamborghini, The Legend” de Bobby Moresco, con Antonio Banderas y Alec Baldwin.
“Fue bonito volver a rodar a lo grande. Además, llevé al teatro ‘El montaplatos’, de Harold Pinter [...] Después, rodé como protagonista la serie de la ‘Rai Aus-Adopta un estudiante’”, señaló a El Mundo.
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Actualmente, vive entre Nueva York, Italia y Francia y se desempeña como actor de teatro, guionista y director de pequeños proyectos.
(E)