Nació en Píllaro, provincia de Tungurahua, el 21 de agosto de 1930. Le gustaba la comunicación y también la nutrición, por ello se dedicó a ambas siendo radiodifusora y nutricionista. Blanca Salazar, quien falleció el jueves 8 de julio, siempre mostró su inteligencia, no de una forma arrogante, había adquirido conocimiento a través de años de investigación sobre lo que más la apasionaba. Su primer libro fue Alimentación es salud; para el segundo, Nutrición, salud y energía, le tomó diez años poder concretar la primera edición. Este texto tenía el propósito de ayudar a las personas con distintas enfermedades a recuperarse completamente mediante una correcta nutrición. Así lo mencionó en entrevistas anteriores. El texto cuenta con múltiples ediciones actualizadas y continúa siendo una guía para aquellos que buscan en los alimentos una respuesta a la salud. Por Nutrición, salud y energía fue declarada Mujer del Año (1985) por la American Association of Nature Medicine de Miami.

En varias fotografías se la puede observar vestida de blanco, transmitiendo pulcritud. De seguro se alimentaba bien si seguía sus propios consejos, sin embargo, al parecer la tristeza por la muerte de su hermano hace una semana la impactó fuertemente, tanto que tres días antes de su fallecimiento, Salazar Bautista había sufrido un preinfarto.

La profesional no solo había encontrado la manera de compartir su conocimiento en la escritura, sino que previamente mantenía un espacio informativo que se llamaba igual que su libro, en la radio Morena, pues fue primero la locución lo que la encontró en la vida.

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“Una voz dulce y deliciosa”, así la describe el presidente del Círculo de Periodistas del Guayas, Germán Arteta. “Ella hizo gran parte de su periodismo radial aquí en Guayaquil y se ganó el afecto, la simpatía y el respeto no solo de sus colegas, sino de toda la sociedad, por su carácter amable, su inteligencia y sobre todo esas condiciones que le regaló Dios, una voz exquisita que caló muy hondo en la comunidad”.

Su experiencia como radiodifusora se desarrolló durante varias décadas en radionovelas y distintos programas. Una de las experiencias que contó alguna vez fue cuando participó en el dramatizado que terminó indignando a la ciudad capital. Se trataba de La guerra de los mundos, en el que los radiodifusores contaban cómo los ovnis invadían la ciudad como si estuviesen en una transmisión en vivo en 1949 (un caso similar ocurrió en Estados Unidos once años antes). “Yo no sabía de qué se trataba, el director de Radio Quito me llamó para que fuese parte de un dramatizado, luego ocurrieron esas cosas”. El pueblo quiteño al percatarse de que era una historia dramatizada con fines de entretenimiento, fue hacia la radio a prenderle fuego. “La radio se incendió y quienes nos salvamos esa noche escapamos por los tejados de las casas vecinas”, recoge declaraciones de Salazar y la historia el blog El Economista.

Su imponente voz y habilidad de expresión le abrieron paso a varias oportunidades desde pequeña. Cuando estaba todavía en la escuela se llegó a presentar en el teatro de la Iglesia del Robo, situada en la avenida 24 de Mayo. Un señor de apellido Donoso que hacía el papel de Tío Pepe en un programa infantil dominguero de la radio La Voz de la Democracia la reclutó y la convirtió en la Tía Blanquita. Su primer sueldo por ese trabajo fue de cinco sucres.

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Así, desde joven su camino en la radiodifusión se fue forjando y siendo todavía menor de edad fue escogida para ser la voz hispanohablante en la BBC en Londres. Lamentablemente, su madre se opuso y no la dejó viajar, aun cuando la BBC había buscado exhaustivamente por toda Sudamérica la nueva voz.

En los años 60 llegó a ser parte de cuatro programas radiales a diario. Desayuno familiar, Temario de actualidad, Música ecuatoriana y a la medianoche Así sucedió (consistía en la teatralización de los sucesos más importantes del día), todos transmitidos por Radio Bolívar de la cual se había convertido en gerenta.

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Luego fue propietaria de la radio 9 de Octubre, motivada por sus colegas y familiares. En su radio fue que inició con los consejos de salud, lo cual se volvió otra de sus grandes pasiones. De ese entonces hasta la actualidad ella continuó con el propósito de informar a las personas acerca de la salud alimentaria. Salazar, quien falleció a los 92 años, era miembro del Círculo de Periodistas del Guayas y mantenía su espacio informativo Nutrición, salud y energía en radio Morena. Andrés Hernández Crespo trabajó con ella por 23 años a cargo de los controles. “A partir de la pandemia ella no venía y hacía el programa por vía telefónica”, cuenta. Dice con certeza que el programa salió al aire hasta hace dos semanas, “porque el hermano recayó enfermo”. Hernández manifiesta con la voz entrecortada que Blanca Salazar era una “excelente persona”.