Más de cinco décadas han pasado desde que un accidente aéreo en Los Andes marcó la vida de sus protagonistas, o al menos de los que quedaron vivos y pudieron salir de las montañas 72 días después. Aquella aterradora historia con 16 sobrevivientes sigue latente hoy en día tras el estreno en Netflix de la película “La sociedad de la nieve” de J.A. Bayona.

El escritor español se basó en los hechos ocurridos en 1972 y no solo retrató el desastre o la resistencia, sino también la antropofagia o canibalismo, de la que se valieron algunos de los pasajeros para salir con vida.

Comer la carne de los cadáveres fue su única salida o salvación para mantenerse en aquel valle ubicado en lo más alto de las montañas con temperaturas por debajo de cero grados, como reseña National Geographic en una de sus publicaciones sobre el tema.

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El caparazón que quedó del avión fue el refugio improvisado y los cadáveres fueron la comida, aún para aquellos que en un principio se negaron a probarla y que terminaron haciéndolo.

“Nunca olvidaré esa primera incisión”, escribió Roberto Canessa en su libro “Tenía que sobrevivir” publicado en el 2016.

Cinco claves de la antropofagia en “La Sociedad de la nieve”

Aunque para muchos fue “el milagro de los Andes” para otros, los protagonistas, no fue más que una cruel vivencia al tener que practicar el canibalismo como una esperanza de vida. “Nunca volvimos a ser los mismos”, admitió Canessa en una de las tantas entrevistas.

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Los que aún vivían estaban amenazados por la inanición, así que después de discutir lo que harían y de plantearse las cuestiones morales y religiosas finalmente debieron acceder a la antropofagia. “Alimentarse de los cuerpos de sus compañeros fallecidos en el accidente era la única forma de obtener algo de proteína y energía”, menciona National Geographic.

1. Por qué comieron carne humana

Pocos días después del accidente, quienes permanecían con vida ya comenzaban a sentir los estragos del frío y del hambre. La decisión no fue fácil, como reseña CNN y como se retrata en “La sociedad de la nieve”.

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“Llegó ese momento en el cual ya no teníamos ni alimentos ni cosas por el estilo y pensamos: si Jesús en la última cena repartió su cuerpo y sangre a todos sus apóstoles, ahí nos estaba dando a entender que debíamos hacer lo mismo. Tomar su cuerpo y sangre, que se había encarnado. Y eso que fue una comunión íntima entre todos nosotros, fue lo que nos ayudó a subsistir”, admitió Alfredo “Pancho” Delgado, uno de los afortunados que pudo regresar en la primera rueda de prensa que ofrecieron seis días después del rescate.

2. A qué sabe la carne humana, según un sobreviviente

Carlos Páez Rodríguez, uno de los 16 sobrevivientes, confesó en una entrevista con el youtuber español Jordi Wild, cuál es el sabor de la carne humana, esa que se vio obligado a comer en los Andes para permanecer con vida, según recuerda una publicación de Univisión.

“La gente pregunta que gusto tenía y yo siento decir que no tenía gusto a nada como la carne refrigerada, no tiene gusto a nada, pero de alguna manera una vez que lo hiciste sabes que tienes una oportunidad más”, comentó en la conversación que se hizo viral.

@momentsproject

Superviviente de los Andes cuando comió carne humana 😱🔥 #supervivientesandes #tragediadelosandes #lasociedaddelanieve #andes

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3. Qué tanta carne comieron

CNN detalla que la ración habitual para los sobrevivientes era de 100 gramos de carne para cada uno por día. Aunque Fernando Parrado, Roberto Canessa y Antonio Vizintín, quienes armaron la expedición para salir de la montañas en busca de ayuda, podían comer un poco más de la cantidad mencionada.

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Otra publicación de National Geographic detalla que no solo consumieron la carne o la piel, sino que también recurrieron a las vísceras y los huesos.

4. Con qué cortaban la carne

Luego de intercambiar ideas, exponer argumentos y de que Roberto Canessa, para entonces estudiante de Medicina, explicara lo que les sucedería si no comían, se hizo el inesperado pacto.

“Cuando surgió la idea de que nos íbamos a ofrecer unos a otros como alimento, se terminaron de convencer todos: porque nadie sabía quién iba a alimentar al otro”, explicó Eduardo Strauch uno de los artífices para cortar los cuerpos.

Él, junto a sus primos Alfredo “Fito” Strauch y Daniel Fernández Strauch eran los encargados de dosificar la carne de los cadáveres, y solo ellos sabían a quién pertenecían.

Con hojilla de afeitar y vidrios cortaban los pedazos grandes y luego otros dividían los trozos en piezas más pequeñas, como describe CNN. De ahí los exponían al sol para que se secaran pues no tenían cómo cocinarla.

5. La foto donde se ve parte de un cuerpo

Si bien es cierto que “La sociedad de la nieve” se basó en la historia real y en las fotografías del hecho, la crudeza de la antropofagia casi queda en un segundo plano mientras la narrativa contempla la amistad y la unión para sobrevivir.

Sin embargo, en las fotografías hay rastros de aquella atrocidad que para algunos no es más que un guiño al morbo, como se menciona en MendozaPost, donde se hace referencia a una escena en la que sobrevivientes se toman fotografías mientras se aprecia “un costillar humano” casi a sus pies.

(E)

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