Ser siempre fiel a sí mismo ha sido el norte en cada decisión profesional y personal del productor de radio, televisión y redes sociales Jalál Dubois. Incluso para esta entrevista con este Diario, el finalista de MasterChef Celebrity Ecuador dejó a un lado las formalidades y nos atendió mientras se movilizaba en su auto junto a su compañera de vida, Paulina Haro. Obviamente ella estaba al volante.

Entre risas, el también psicólogo y padre de Mila y Zoé (además de abuelastro de Max y superamigo de Cami) repasó con nosotros gran parte de su trayectoria en distintos medios y nos dejó percibir esa esencia amigable y espontánea que atrae a sus seguidores y público.

Convencido de que cuando algo es falso, se nota, Dubois, de 38 años, aseguró nunca haber pretendido alguien que no es y esa actitud le ha permitido crecer y aprender en distintos ámbitos.

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Foto: -- Carlos Granja Medranda

¿Cómo sientes que has crecido desde La Kombi (Teleamazonas)?

El aprendizaje, creces en aprendizaje, porque todos los días vas aprendiendo algo. Es como jugar ajedrez mientras más juegas, más sabes cómo moverte, más sabes cómo funciona. Pero al mismo tiempo, siempre hay alguien nuevo con quien jugar, alguien diferente al frente, entonces siempre hay cosas nuevas. Por más que te quieras hacer el sabido y pensar que ya sabes todo, siempre vas a aprender algo nuevo y así ha sido. Me ha gustado que en las cosas que he hecho, me meto el pie a propósito, así funciono yo (risas). He aceptado todos los retos y ha sido para saber cómo moverme de diferentes maneras.

¿Y cuáles son esos aprendizajes?

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Lo primero es que nada es eterno y todo es cíclico y que realmente se trata de disfrutar ese momento, dar todo en donde estés y que lo te llegue es porque es lo que necesitas.

¿Qué era lo que más te divertía en La Kombi?

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Me divertía lo sincero que era. Todo era nuevo, ni sabía lo que hacía, así que era totalmente experimentación. Entonces el descubrir todo, era lindísimo, el constante descubrimiento.

¿Y en MasterChef?

Fue un redescubrir. Porque por lo general yo he estado en la presentación de un programa o en la producción, nunca había estado en la mitad y esta fue la primera vez que estuve en la mitad y traté de ver la forma de anclarme, de sostenerme de diferentes cosas para funcionar en esa mitad.

Siempre fuiste el que ‘no sabía cocinar’, pero sorprendía con sus platos

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Me di cuenta de que tenía que aprender. Había que estudiar, ensayar y ver qué sale. Probar sabores, formas, técnicas, aprender a ‘parar la oreja’ de lo que podías hacer, tratar de seguir reglas. Y sobre todo, concentrarme porque realmente mi mayor problema era la concentración de no quedarme ahí conversando con alguien y distraerme, pero se va aprendiendo. No hay de otra. Para el programa final ya no te servía el huevo frito del primer programa.

Tenías que ponerle hielo seco por abajo, para un emplatado impresionante

¡Una flor! (risas) Y con arroz del Himalaya.

Mantuviste la sencillez siempre en tus recetas

Yo no soy gourmet, ni pretendo serlo. Mi reto era que los platos que presenté fueran ricos, aparte de todo, porque para mí la comida es eso, tiene que ser rica. Prefiero un mondongo sincero.

Y esa misma honestidad ha marcado tu carrera

Cuando algo es falso se nota. Creo que he hecho una buena carrera desde la ignorancia, sincera, no tengo miedo de preguntar, no tengo miedo de decir no sé y gracias a eso, aprendo. Desde los programas de entrevistas en que he estado, poder decir ‘no sé esto, cuéntame’. No me he creído nada que no soy.

Y a esa actitud se suma también el sentido del humor, no de no tener miedo al ridículo

De reírnos de nosotros mismo. No sé si la palabra es sinvergüenza, pero yo sé lo que soy y entonces cualquier cosa que me diga alguien que no me conoce, no me llega mucho. Entonces me río de mí, me río del entorno y, más que hacer chistes, me gusta reírme

¿Y a Paulina la conquistaste de esa manera?

No, ella es la chistosa. Ella me hace reír un montón, pero realmente es la persona más inteligente que conozco. Es superpilas y además está unida a un corazón enorme y esa unión la convierte en la persona que más admiro. Más que querer conquistarla, la admiraba. Y la verdad no sé por qué le terminé gustando. Gracias a Dios es así.

¿Le cocinas en casa?

He cocinado tres veces, dos le gustaron y una, no. Aunque por nuestro trabajo somos más de pedir a domicilio.

Y si Jalál no es gourmet, ¿cuáles son sus comidas favoritas?

El seco de pollo, la hamburguesa. El sándwich en todas sus formas, me encanta. Igual que la idea de la empanada. Pero lo que me pasó con MasterChef es que aprendí a apreciar el arte, la creación, la técnica, el abordaje del comer es muy interesante.

¿Te definirías como comediante?

No, no me creo comediante. Solo soy ocurrido.

¿Cómo gradúas ese nivel de ocurrencias para que nadie lo tome a mal?

Creo que soy más atento a mi entorno. Lamentablemente cuando uno habla, y habla de más como yo, tienes más chance de equivocarte, pero creo que tengo conciencia de saber dónde estoy, con quién estoy, aunque sí me he mandado mis ‘jalalazos’. He dicho lo que no tenía que decir en el lugar donde no tenía que decirlo, sí pasa. Pero, por otro lado, como nace de la sinceridad, lo que siempre he tratado es no ofender a nadie, de ser justos con todos. No creo haber hecho nunca chistes discriminatorios.

¿Ves stand up?

Sí, hay de todo. Creo que el humor tiene su espacio, tiene su lugar. El chiste es chiste y creo que todos tenemos la capacidad de reírnos de nosotros mismos. Y no creo mucho en la censura a los comediantes, creo que el espacio de la comedia es para poder reírnos de todo y precisamente porque es un chiste. Pero también muchas veces el chiste es una herramienta para hablar de otras realidades. Entonces, mientras seas sincero y mientras te hagas cargo de lo que dices creo que estás del otro lado.

Compusiste la canción de la caja misteriosa, ¿tienes inclinación musical?

Soy músico frustrado. Me habría encantado ser músico, pero descubrí a temprana edad que se tiene que tener talento y dedicación para esas cosas, entonces nunca lo logré. Sí me habría encantado tener una linda voz, tocar bien algún instrumento, eso me habría encantado.

¿Qué otras facetas de Jalál no conocemos?

Creo que trato de demostrar todo lo que hago. Tengo faceta de papá, dos niñas que son hermosas y que son la razón de mi existir. Mi Zoe (13) y Mila (10) y de allí tengo una hija compartida que es mi Cami, ella va a cumplir 23. Y mi nieto, también compartido, que se llama Max, tiene 4 años. Soy su abuelastro.

¿Cuáles son los próximos proyectos de Jalál? Para que tus fanes estén pendientes...

Hay un proyecto de cocina en mis redes sociales, que se llama Cocina charlona, y también un proyecto para hablar de salud mental, porque en otra vida fui psicólogo (risas). Pero más que eso, también creo en el poder de hablar, de conversar. Y ese se llamará Café con cucos. (Aún sin fecha de lanzamiento. Promete que “ya mismo” podremos disfrutarlos).

¿Y El buscador en red?

¡Lindazo! Me gustan las entrevistas, me gusta el formato y tiene además este componente de que no somos amarillistas; no nos interesa si te juntas con el uno o con el otro; nos interesa saber de ti, en primera persona. Es muy bonito.

Hablemos de autismo

Esta semana, específicamente el martes 2 de abril, Jalál se valió de sus redes sociales para hablarle a su comunidad (de miles de seguidores) sobre el autismo, a propósito del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se conmemoró en esa fecha.

La campaña, que se denominó Visibles365Ecuador, reunió a sus excompañeros de MasterChef Celebrity para alertar sobre la discriminación que viven niños y niñas autistas en el país, pese a sus múltiples cualidades y talentos.

En el reel de Instagram, en el que también aparecen varias familias, niños y jóvenes, se invita a la audiencia a hacer de cada día un día de consciencia sobre el autismo, visibilizar a quienes tienen esta condición y saber que están presentes.

Desde hace seis meses, él y Paulina lideran además la organización Autismo Visible, inspirada en la condición presente en su nietastro, Max, y que cuenta con el apoyo de otras organizaciones.

“Todo comienza con la sensibilización, para decir al mundo que existen personas autistas, que tenemos que ser conscientes y sensibles ante esta realidad”, explica.

“Y con esto, exigir a las autoridades mejores condiciones en salud y educación, que las personas autistas tengan acceso a un diagnóstico temprano y terapias asequibles o gestionadas por el Estado”, precisa.

Otro de los objetivos es lograr una verdadera inclusión en el ámbito educativo. A futuro, la pareja aspira a tener un centro de diagnóstico y terapias para familias con un miembro autista que no pueden acceder, por diversas circunstancias, al tratamiento.