Las personas los reconocen en las calles de la capital y les piden fotos, acumulan cerca de 8 millones de Me Gustas en TikTok, y tienen 56,000 suscriptores en YouTube.

María José Reina y Mateo Balseca son quienes integran el pódcast Darán Viendo, proyecto que surge del ingenio y personalidad cómica de sus hosts.

“Nos conocimos y nos hicimos amigos enseguida. Yo no hubiera podido hacer lo que hacemos sin el Mateo. Nos complementamos mucho al momento de trabajar y creo que eso se nota mucho. Esto que hemos creado ha sido muy lindo”, declara ‘Majo’, como le dicen en redes sociales, en una entrevista concedida a Diario El Universo.

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Dejaron todo a un lado y se lanzaron directamente a grabar episodios. Ahora, se dedican por completo a este espacio. “El podcast de los gorditos más chéveres... y más espacios de comedia”, es como lo describen.

Para el primero, que salió en enero del 2022, tenían planeado hablar del reggaetón. “Nos sentamos, saludamos, y veníamos con el reggeatón en la mente, pero justo antes de ir a ese tema, María José empieza a hablar sobre lo que le había pasado cuando venía en un Uber. La conversación finalmente se convirtió en algunas de nuestras experiencias en taxis”, afirma Mateo.

De esa manera, se dieron cuenta de lo que querían conversar y mostrar en cada episodio: la cotidianidad, situaciones que les ocurren, y momentos que han vivido. “Nosotros llevamos una conversación de forma entretenida, que se pueda escuchar con facilidad, y bastante sincera”, menciona ‘Majo’.

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¿Qué significa Darán Viendo?

Mateo cuenta que el nombre del pódcast fue idea de ‘Majo’, y que como segunda opción tenían Se fue a volver.

Darán Viendo es algo tan ecuatoriano. Nosotros pensamos que todo el mundo lo decía y luego nos enteramos que es una frase más de la región de la sierra. Pero nos gustó como sonaba y nos quedamos con ese”, aclara.

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Darán Viendo detrás del micrófono

María José, de 26 años y padres divorciados, cuenta que de pequeña siempre fue extrovertida pero no sabía lo chistosa que era su familia y ella.

‘Majo’ no podía pasar más tiempo sin hacer algo que realmente le gustara y llenara. Es por eso que dejó sus ‘cachuelos’ como cineasta, carrera que estudió en la universidad, y entró a un mundo que la enganchó desde el primer momento.

Fue el 1 de diciembre del 2020 cuando dio su primer show de stand-up, curiosamente, fue gracias a esto que conoció a Mateo, pues él se encontraba entre el público.

Pero su fascinación por la comedia en vivo, venía desde antes de que se subiera a un escenario por primera vez, pues fue a mediados del 2019 cuando vio un video del mexicano Ricardo O’Farrill que se “enamoró” de esta.

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“Yo siempre estuve muy pendiente de los que hacen stand up, luego pasó la pandemia y dije “bueno, tengo que hacerlo”. El miedo fue uno de los factores por los que no me animaba a lanzarme, pero por suerte me fue bastante bien la primera noche y ya de ahí nunca dejé de subir”, dice.

En sus primeros shows exploraba material sobre ella misma. “Hablo de mí, de mi orientación sexual, y de mi familia porque es como que lo primero que tienes que soltar. También tenía mucho de que hablar sobre cómo había sido crecer en una ciudad un poco ‘curuchupa’”. Ahora escribe de lo que cree, piensa, y observa.

La quiteña se encuentra comprometida con Gabriela Marcillo, su novia desde hace tres años.

Mateo, de 28 años y de padres divorciados al igual que ‘Majo’, creció en un hogar lleno de mucho cariño y pasó seis años de su vida en un colegio militar.

“Yo no es que era considerado el más chistoso, pero siempre buscaba la forma de hacer reír a mis compañeros, y eso era como mi mecanismo de defensa ante cualquier tipo de burla. Yo siempre trataba de sacármela con humor”, confiesa el quiteño de madre cuencana y padre guayaquileño.

Fue un alumno responsable y en el salón de clases era “molestosillo de esos que lanzan la piedra y luego esconden la mano”, recuerda entre risas.

A sus 15 años se convierte al cristianismo y su vida cambia completamente, pues todos en su familia eran católicos. “Me meto a la iglesia y me aislé de todo. Cinco años después opté por salirme, pues me di cuenta que ellos querían tomar decisiones por mi vida, y sentí que había perdido mi voz”, expresa.

Fue al ver el canal Comedy Central cuando descubre el stand up y nació su pasión por este. “La primera vez que conocí el stand up en Ecuador fue en un bar chiquito donde no entraban más de 20 personas. La siguiente semana que fui me animé a subirme a hablar de vivencias personales, y me di cuenta de que me encantaba”.

Mateo, graduado como ingeniero industrial, lleva dos años de matrimonio con su esposa Camila Pozo.

El stand up en Ecuador

Además del pódcast que realizan juntos, ambos hacen shows de stand up comedy en el país. Durante el 2023, se presentaron en lugares como el Teatro San Gabriel y la Cámara de Comercio de Quito. Han presentado su material en ciudades como Loja, Tulcán, Ambato, Cuenca, entre otras.

“Estamos muy agradecidos con todo el apoyo de nuestros seguidores, ya hemos podido cumplir cosas que nos propusimos desde el inicio. Nos encantaría que la gente vaya a las presentaciones cuando hayan porque sí existe el stand up acá. Queremos ser ese canal para que aún más personas conozcan esto”, enfatiza Mateo. (E)

Mateo Balseca y María José Reina. Foto: Cortesía