La noche se apoderaba de la tarde sombreada del lunes 30 de mayo, que era acompañada por el sonido de los carros que transitaban en los exteriores de la Catedral Metropolitana de Guayaquil, mientras que adentro poco a poco su espacio se iba ocupando por familiares, amigos y compañeros de la periodista Tania Tinoco, que se reunían para honrar su memoria con una misa.