16 años mayor que él y llevaba el título del amor de su vida. Erwin Bach trató a Tina Turner como a una princesa. La reina del rock vivió hasta su fallecimiento en un castillo suizo junto al productor musical, con quien empezó un romance en la década de los 80.

Tina había sufrido mucho tras divorciarse de Ike Turner en 1976, con quien vivió un matrimonio de pesadilla. La compositora se encargó de sanar sus heridas y de superar el trauma que le generó esa relación abusiva. Cuando ya quiso abrir de nuevo su corazón, diez años después de firmar los papeles de divorcio, se encontró con Bach en 1986, un adinerado productor que la supo tratar bien desde el comienzo.

Más de 25 años tuvieron de noviazgo y luego se animaron a casarse en 2013 con una boda de lujo que tuvo la presencia de grandes artistas como David Bowie, a diferencia de la primera ceremonia con Turner, quien la llevó a un burdel y la hizo observar mientras él se distraía con otras mujeres.

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Cuando Bach y Tina decidieron hacer su vida juntos, ella felizmente renunció a la ciudadanía estadounidense para poder convertirse en suiza y residir en el país donde ya veía su vida con su amor. En el 2017, tras cuatro años de casados, Bach le donó uno de sus riñones a la intérprete de Proud Mary, al descubrir que sufría de insuficiencia renal.

Este fue el amor que ella describió como una conexión de almas; en una entrevista lo catalogó a Bach como un hombre genuino, sin pretensiones y con comprensión de su fama y éxito en el ámbito laboral.

Erwin y yo somos pareja desde hace más de 30 años. ¿Saben que yo di el primer paso en nuestra relación? Dejé atrás el miedo al rechazo y hablé con él. Una de las mejores decisiones de mi vida”, compartió la cantante en 2021.

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Fue ella quien invitó a salir a Erwin tras una primera conexión; se conocieron cuando él la fue a recoger a un aeropuerto en Alemania por coincidencias laborales e inmediatamente sintieron la chispa.

“¿Quién hubiera pensado que un momento de audacia conduciría a décadas de felicidad compartida? Cuando invité a salir a Erwin por primera vez, fue una decisión espontánea. A veces unos segundos te cambian la vida porque sientes una chispa, una conexión instantánea. Para mí, eso es lo que simboliza mi anillo en el pulgar. En el momento en que lo puse en mi pulgar, me sentí más fuerte, con más confianza. Desde entonces, me trae suerte y siempre me recuerda que debo mantenerme fuerte y aprovechar las oportunidades”, mencionó en San Valentín del mismo año.

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Erwin confesó que no ha leído las memorias de Tina, de su libro La felicidad nace de ti, porque relata sobre aquellas experiencias violentas y tristes que vivió en su anterior matrimonio y admitió que él no quiere sentir el sufrimiento de la persona que ama. (E)