Los invitados nacionales e internacionales a la toma de posesión de Daniel Noboa Azín como presidente de Ecuador para el periodo 2025-2029 llegaron a la Asamblea Nacional, en Quito, a partir de las 10:00 de hoy.
Uno de los más esperados fue el secretario de Salud de los Estados Unidos, Robert Kennedy Jr., una de las voces dominantes de la Administración de Donald Trump.
Publicidad
El secretario de Salud estadounidense, Robert Kennedy Jr.
Su código fue formal, adecuado, en opinión del asesor de imagen Patricio Nieto. “La elección de un traje azul con azul oscuro, con la corbata a juego, transmiten autoridad, seriedad y respeto para esta ocasión. La textura y el corte del traje son clásicos; aportan un aire de elegancia y profesionalismo”.
Publicidad
Los detalles en la solapa añaden autoridad. “Es tradicional, es correcto. Aunque podría tal vez llevar una camisa blanca y no celeste, para darle un poco más de contraste".
La presidenta de Perú, Dina Boluarte
El conjunto largo y la estructura cumplieron los requerimientos básicos del protocolo diplomático, establece la asesora y comunicadora Laura Buenaño. “Pero el tono claro y los detalles, como el cinturón y los zapatos brillosos, restan fuerza institucional a su atuendo”.
El peinado suelto no se vio pulido, y esto puede impactar en la presentación de una jefa de Estado. “Además, se puede ver que la tela del conjunto presenta arrugas notables, lo que reduce la percepción de cuidado y solemnidad. Puede ser por el tipo de tela o por el traslado. En actos diplomáticos de este nivel, el acabado de las telas debe ser inmaculado”.
Publicidad
El presidente de la Asamblea, Niels Olsen Peet
Nieto encontró a Olsen “impecable”, con un traje clásico de buen corte, entallado, camisa blanca en contraste con la corbata de color vino. “Creo que hacen un contraste muy profesional”.
Laura Buenaño hace ver que la elección del tono oscuro proyecta confianza, serenidad y autoridad moderada, “mientras que la corbata burdeos introduce madurez política y firmeza, sin perder elegancia”.
Publicidad
En términos de imagen institucional, el atuendo comunica responsabilidad, formalidad y equilibrio político, apropiado para un rol de alto rango legislativo en una jornada republicana.
El presidente colombiano, Gustavo Petro
El presidente Petro también optó por un traje clásico, pero el color no fue el más favorecedor y la talla debió ser menor. “Ese tono claro se ve un poco más envejecido y, a mi parecer, puede restar un poco de formalidad”, apuntó Nieto.
La vicepresidenta María José Pinto
En el caso de Pinto, la elección de colores vivos y estampado grande cortó con el código visual de sobriedad esperado en una figura vicepresidencial. “Tanto por escala como por paleta cromática, es más típico de un evento social, familiar o artístico; en la posesión se espera una imagen más contenida, formal y simbólicamente neutral”, comentó Buenaño.
El volumen de la prenda inferior y la textura encarrujada crean una presencia escénica amplia, pero poco institucional. “Resta verticalidad y claridad de figura, y desenfoca el mensaje de autoridad y rigor que se espera de una vicepresidenta en el momento de asumir funciones”.
Publicidad
La blusa refuerza el carácter llamativo del look, en lugar de anclarlo. “La chaqueta blanca o perla, sin cuello y larga, funciona como un intento de contener visualmente el conjunto, pero no logra neutralizar ni jerarquizarlo”. En general, se manejó una estética maximalista.
El peinado semirrecogido de ondas suaves sugiere ternura y calidez maternal, pero no solemnidad. “El exceso de color, textura y volumen transmiten más una idea de alegría personal o emocionalidad festiva que de autoridad ejecutiva”.
Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral
Del atuendo de Atamaint, Buenaño observa un look compuesto por una falda larga de rayas blancas y negras, que se cruzan y empalman al centro en forma de A, y una blusa blanca “completamente desestructurada, sin caída elegante ni armonía visual. El conjunto carece de estructura y no transmite ni jerarquía ni sobriedad institucional”.
La funcionaria llevó un collar tradicional indígena de gran tamaño, representativo de su identidad y sello personal, el elemento protagonista, pero no armonizó en color ni en estilo con el resto del vestuario. “Complementa con aretes dorados grandes y un peinado pulido recogido, que aportó corrección, pero no logró equilibrar el exceso de contrastes”.
Desde una perspectiva profesional de imagen institucional, donde cada prenda comunica poder, pertenencia y coherencia visual, este atuendo proyectó un mensaje confuso y fragmentado, subraya la asesora. “Aunque el collar tiene gran valor cultural y simbólico, el resto del vestuario no lo acompañó con la dignidad estética que su posición y el evento exigían”.
Las hermanas Jaramillo, asambleístas
Las hermanas Paola y Lucía Jaramillo, elegidas asambleístas por la provincia del Guayas, destacaron con una puesta en escena que Buenaño considera “elegante, coordinada, pero no idéntica. Una vistió un vestido estructurado rojo vino, acompañado por una sobrecapa tipo chaqueta larga que aportó dramatismo sofisticado, mientras que la otra lució un vestido blanco perla sin mangas, con un vuelo largo que caía desde un hombro, sumando movimiento y asimetría elegante".
Ambas llevaron el cabello suelto con ondas, zapatos stilettos nude en punta, para una imagen “bien ejecutada para su rol en la Asamblea”.
Marcela Holguín, gerenta de Medios Públicos del Ecuador
La exasambleísta de Revolución Ciudadana eligió el blanco, un color “limpio, luminoso y elegante, pero muy sensible a la forma del corte”, según la lectura de Buenaño.
“En este caso, aunque el tono transmite sofisticación, la combinación de escote descubierto, ajuste ceñido y abertura visible (en la pierna) lo convierte en un conjunto con una fuerte carga de estética social o festiva, no institucional”.
El escote off shoulder dejó a la vista hombros y parte superior del pecho, lo que rompe con las convenciones para actos oficiales de alta solemnidad, continuó.
“La abertura y el diseño ceñido, aunque favorezcan su silueta y resulten visualmente atractivos, no cumplen con los estándares de discreción... especialmente para autoridades en ejercicio”. Recordó que como jefa de Medios Públicos, Holguín no es una invitada común: “Es una funcionaria de alto rango del aparato estatal y, por tanto, su imagen debe proyectar institucionalidad, sobriedad y neutralidad”.
Los stilettos y cartera blanca no compensaron la informalidad y el corte. “El peinado suelto con ondas es favorecedor, pero, combinado con el vestido, acentúa el carácter más relajado o social del look. La chaqueta blanca que lleva en el brazo (y no puesta) sugiere que pudo haber previsto una versión más recatada, pero no la integró activamente en la imagen”. (E)