Su nacimiento estaba previsto para el viernes 10 de marzo, pero a la medianoche de este viernes 3, Viorel Artieda Búnea sorprendió a sus padres, el periodista Lenin Artieda y su madre, la comunicadora María del Carmen Búnea.

Búnea, quien tenía 9 meses y medio de gestación (38 semanas), cuenta a este Diario que el nombre de su primogénito es en honor a su progenitor. “Viorel se llamaba mi papá que era rumano, él falleció y era un hombre muy apuesto, trabajador, guapísimo. Falleció muy joven, a los 30 años, por ende, quiero que su nombre no muera, que siga vigente en su nieto. Aquí en Ecuador nadie tiene ese nombre, será único”, dice riendo. “Lo escogimos entre los dos (el nombre). Al principio, cuando pensábamos que iba a ser niña, Lenin dijo: pongámosle Viorela, es decir, la idea fue de él y ya cuando nos dijeron que era niño, pues perfecto, Viorel”, agrega.

La feliz madre también revela que ya tenían adecuada la habitación de Viorel en casa. “Hemos escogido tonos verdes y grises, supersuavecitos para darle relax al bebé, acompañado de arbolitos, pajaritos, animalitos lindos. Mis amigas del colegio fueron las encargadas de decorar y ya hemos comprado todo, el papá está chochísimo, así que tiene todo, desde disfraz de Halloween hasta la mesita para comer, pasando por implementos para hacer crossfit de bebé, gafas, juguetes”, comparte.

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Búnea detalla que su círculo cercano de mujeres le han compartido consejos sobre la maternidad y el cuidado de niños. “Todas mis amigas, tías, compañeras de trabajo y las abuelas, que están contando las días para conocer a su nieto, me han compartido sus consejos, los valoro muchísimo porque lo hacen con amor, pero a veces también me abruman porque cada persona tiene criterios distintos de sobrellevar el embarazo y la maternidad, el que más me gustó fue uno de mi amiga Naty Ruiz que me dijo: “No le pares bola a nadie y haz lo que tu cuerpo sienta y cuando ya lo tengas, engríelo todo lo que te dé la gana, nada de dejarlo llorar, ni hacerlo dormir solo, si lo quieres tener pegado a ti las 24 horas del día, hazlo. Ese me encantó”, comenta.

Durante el embarazo, indica, tuvo una serie de antojos. “De ninguna cosa extraña, por cierto, pero de comida, comida y más comida, he seguido comiendo al mismo ritmo de mi vida de deportista, pero sin estar practicando ningún deporte, así que después del embarazo tendré que ponerme en régimen estricto. Al principio me daban ganas de mango con sal y de cebiches, cosas ácidas, después de secos de pollo, carne, chancho... necesitaba sentir ese sabor en mi boca, otra época de aguado de pollo. Lenin decía que le di de comer 15 días seguidos aguado de pollo (...) Mi doctor, Francisco Mena, me vive mandando a hacer dieta y ya se dio cuenta que es caso perdido”, sostiene.

La etapa del embarazo con Lenin ha sido maravillosa, él es engreidor, consentidor, pendiente de mí 24/7, no termino de tener un antojo y ya me complace, aparte le canta al bebé, le habla, de hecho cuando el bebé está intranquilo, él le pone la mano encima y el bebé se calma, es mágico. Ese es el lado hermoso de él que nadie conoce. Y con sus hijos: Mateo y Camilo, también ha sido bella la experiencia”, apunta. (E)