Su autenticidad no solo radica en su apellido, que se escribe con ese y no con zeta, como tradicionalmente se conoce, sino también en su renovada manera de ver la vida y aceptarla con sus claros y oscuros, y con menos “tumulto”. La paz que afirma estar experimentando a sus 33 años la actriz y comunicadora Pamela Sambrano no es una mera coincidencia: es el resultado de un proceso que empezó el 12 de abril de 2021 con la visita a un psiquiatra, y continúa día a día con voluntad, esmero y disciplina.

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“Estoy manejando los temas que antes me preocupaban con calma. Yo era muy tumultuosa, una ráfaga, estresada, corriendo; sigo corriendo, pero ahora yo sé que estoy corriendo y sé cómo me voy a sentir por estar corriendo. Con la persona que me voy convirtiendo voy teniendo más manejo de todos los lados de mi vida, del lado personal, del lado profesional, del lado amoroso, familiar...”, declara en una conversación con este Diario desde una oficina del cerro del Carmen.

La sonrisa y energía arrasadora que se cargaba públicamente a cada lado que iba admite no haber sido cierta del todo. “Si tú me preguntas, yo sí lo sobreactuaba”, revela la protagonista de Compañía 593. Y es que lo que sucedía en la intimidad de su hogar era todo lo contrario: miedo, tristeza, llanto inexplicable y una ansiedad que la estaba arrastrando a la depresión.

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Salud mental vs. fotos en traje de baño

Hoy sonríe con sinceridad y conciencia. “No soy el dalái lama; no estoy ni cerca de serlo”, aclara, pero admite no vivir una “falsa positividad” y ser franca en el momento de aceptar sus emociones, además de tomarse un tiempo para respirar hondo y ser empática con las actitudes del resto. “Navego en aguas calmas. Es como el mar, que es impredecible; pero, si tienes un surfista que va conociendo más o menos el comportamiento de las olas, las va surfeando, porque no va a controlar las olas del mar, pero las va a ir surfeando. Y eso te lo da la conciencia y el conocimiento”, expresa.

Cuando Sambrano empezó a hablar de salud mental en sus redes sociales y diferentes entrevistas para los medios de comunicación, lo hizo en contra de lo que pensaban sus amigos y familia, pues ellos temían que se expusiera por las críticas que podría recibir.

En su búsqueda por una aprobación encontró en su psicóloga y en su novio un aliciente para empezar este camino, que hasta el día de hoy le ha traído comentarios y mensajes de personas agradeciendo por compartir su testimonio, ya que se han sentido comprendidos y acompañados. “Lo comencé a exponer en redes y comencé a ver el alcance (...). Las publicaciones en las que yo hablo de salud mental les ganan a las que me pongo en traje de baño”, indica.

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Sostiene que su misión es que el tema del psicólogo no sea un tema tabú; que el tema del psicólogo no sea visto como algo malo o de debilidad; que el tema emocional, mental no sea visto como algo de falta de fe, sino que sea algo que es una ciencia”.

Sin embargo, reconoce que aún expone su situación con miedo, y que teme cada que lee un nuevo comentario. Aunque trata de manejarlo.

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Mamá tocó la puerta

Sambrano iba por la vida con una sonrisa en el rostro y un nerviosismo latente en su interior, que los veía normales y los resumía en estrés. Sus diferentes cambios de ánimo y su tristeza silenciosa la habían llevado a tener pensamientos sobre la muerte que los exteriorizaba en bromas. En medio de su relación con la escritura, hizo unos apuntes sobre su funeral, en caso de que muriera. “¿Con qué pagan la caja? Aquí está, yo les dejo todo”, confesó en una entrevista para En contacto. No era precaución: eran señales.

Fue un domingo de elecciones presidenciales en el 2021 cuando experimentó un ataque de pánico en público, aunque en ese momento creía que solo era estrés. Le pidió a su mamá que la dejara en casa, luego de votar, y aquí empezó todo. “Yo me puse mal; sentía que me iba a morir (...). Mi corazón estaba en 135 pulsaciones. Yo estaba pálida, vomité, me desmayé, luego me levanté, lloré (...). No sabía qué pasaba”, recuerda de ese momento en el que solo llamó a su mejor amiga para contarle todo.

Pamela Sambrano tuvo su primera visita al psiquiatra en el 2021.

A la media hora le llegó una visita que le salvó la vida. “Cuando, de repente, escucho que me tocan la puerta de mi departamento y era mi mamá (...). Yo le abro y la veo, y me dice: ‘No sé qué está pasando. Yo me voy a quedar aquí’ (...). Y ella me tuvo abrazada, dándome té de valeriana, metiéndome a la ducha para que me cayera el agua y me calmara, sobándome mentol mientras dormía”, relata.

Al día siguiente, ya lunes 11 de abril de 2021, su madre la llevó a su primera cita con el psiquiatra. “Yo llegué como paquete: llegué mal”, recuerda. Desde entonces, su vida comenzó a tomar un rumbo de sanación interna, control, conciencia, aceptación, y un diagnóstico que al principio fue difícil de aceptar: bipolaridad tipo 2 y trastorno de ansiedad.

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La actuación era la indicada

Mi papá me decía: ‘Tú siempre cierra los ojos e imagina lo que quieres’”, recuerda Sambrano al indicar que siempre soñó con la actuación y con un protagónico. Entre los proyectos en los que ha tenido los papeles principales se encuentran las películas Solo una noche (2022) y El cuidador del bosque (2023), además de la telenovela Compañía 593.

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Atribuye todo al trabajo constante y al hecho de asumir con la misma responsabilidad toda oportunidad; para ella no hay proyecto pequeño, porque considera que todos le van a sumar de alguna manera: una vez fue un frondoso árbol en una obra de Daemon. Su paso actoral también se ha visto registrado en teleseries, como Los hijos de don Juan y Cuatro cuartos, así como en diferentes obras de teatro.

Actriz Pamela Sambrano. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Su relación con la actuación comenzó de manera impulsiva y en medio de una ruptura laboral. En el 2017, cuando renunció a su trabajo como conductora de De en casa en casa, lo primero que hizo fue irse a playa con un mal sabor hacia la comunicación, y escribió una lista de siete profesiones que podría ejercer. En este momento de reflexión se formuló una pregunta clave: “¿Qué haría todos los días aunque no me pagaran?”.

La segunda profesión en la lista era la actuación, y esta fue su respuesta a la pregunta luego del periodismo. Recuerda que la lista incluía otros oficios, como ser profesora de pilates y hacer radio.

“En esa época, yo tenía una pareja que era actor (Víctor Arauz). Yo con él me iba a los ensayos, y a mí me enamoró ver los ensayos, ver los procesos. Y entonces yo me acuerdo que veía a un Santiago Carpio, veía a un Ricardo Velasteguí”, recuerda de aquel entonces en el que de espectadora pasó a “Yo quiero hacer esto”.

Sostiene que la actuación la ha ayudado a entender el comportamiento de los demás. A mí la actuación me ha dejado mucho. Es algo que no cambio por nada y es una forma de comunicar. Yo soy comunicadora de base; lo que cambian conmigo son las formas de comunicar...”.

Y es que su pasión por comunicar queda demostrada en su manera de llevar la entrevista. Sambrano no se conforma con dar respuestas largas; y, aunque crea que se traslada a Narnia en cada una de ellas, solo está abriendo su corazón para contextualizar todo lo que dice a través de anécdotas, pensamientos, referencias y hasta consejos que en algún momento ella esperó recibir. Solo está siendo ella misma, sin ataduras ni prejuicios.

El amor también cura

Cuando a Pamela se le pregunta por amor, ella responde sin titubear: “Vicente (Taiano)”. Con él mantiene una relación que está cerca de alcanzar los dos años y que define como tranquila, cuidada y protegida. Tengo un compañero y sé que soy su compañera”.

“No me había sentido acompañada así nunca. Y no estoy desmereciendo ninguna pareja anterior: yo era más la que protegía a la otra persona; nunca había experimentado yo proteger y que me protejan (...). Aprendí que eso de que ‘No tengo tiempo’ no existe”, expresa.

No se adelanta a lo que dicte el futuro, pero sí desea que sea a su lado. “Ya no puedo decir que esto va a ser para siempre, pero yo quiero que sí lo sea. No sé qué depara el destino, pero hoy por hoy estoy bien, y espero que esto siga de largo así”.

Un 2023 con salud

Para este 2023 decreta mucha salud: “A nosotros como familia nos rodea la falta de salud (...). Decreto salud, paciencia; decreto disfrutar cada momento y no estar en piloto automático”.

En lo laboral tiene previsto, para el segundo semestre de este año, que se estrene la película en la que actuó, El cuidador del bosque, dirigida por Pablo Juela y Christian Rojas.

Pamela Sambrano, actriz y comunicadora ecuatoriana. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Además, dice que hay planes de teatro para julio, aproximadamente. A esto se suma la posibilidad de empezar a rodar una serie internacional.

Mientras tanto, guarda la ilusión de que este año continúe Compañía 593. “Es un proyecto que me ha llenado el corazón de forma diferente; me ha acercado a personas bastante interesantes (...). Trabajar con Diego es muy divertido: nos reíamos mucho”.

Para un futuro, lejano, se ve publicando su propio libro de crecimiento y manejo de emociones. (I)