A dos días del derrumbe de la discoteca Jet Set en República Dominicana, que dejó hasta ahora más de 200 muertos, la periodista venezolana Elianta Quintero se siente en calma para poder compartir su experiencia luego sobrevivir la catástrofe.

La reportera se encontraba en el sitio como una de las asistentes al concierto que daba la madrugada del 8 de abril el merenguero Rubby Pérez, quien pereció en la tragedia.

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En una entrevista con Unión Radio, de Caracas, Quintero explicó que, como reportera de sucesos, nunca pensó verse de “este lado” de la noticia.

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Recordó que, minutos antes del colapso del techo del centro nocturno, uno de los más importantes de la capital Santo Domingo, justamente Pérez había dedicado una parte de su show a Venezuela, por el apoyo que este país le había dado a su carrera.

“El concierto iba bien, hasta que vimos un movimiento extraño de gente hacia el centro del local, todo fue en microsegundos”, evocó del devastador momento. “Cuando volteé a preguntar lo que pasaba, sentí un estruendo, como una explosión. Cuando intentamos correr ya estábamos sepultados debajo de los escombros”.

Lo primero que sintió, dice, fue claustrofobia. “No puedo estar en espacios cerrados, porque me falta el aire. Uno de mis peores temores en la vida, yo decía, es morir aplastada”. Sin embargo, se aferró a Dios. “Él me dijo ‘tú estás conmigo, estoy de tu mano, mantén calma’, que era lo más importante en ese momento”.

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Algo que pudo haber incidido además en su supervivencia, deja ver la comunicadora, fue su ubicación. “Estábamos en la periferia, cerca del escenario, pero no en el centro. Un bar al lado de mi mesa daba a una salida. Desde allí empiezo a escuchar voces de gente que había entrado y empezaron a pisarnos... habían gritos, gente gritando, empezaron a levantar los escombros”.

Quintero calcula que el recate tomó alrededor de una hora. No obstante, no presenta heridas graves. “Estoy viva, adolorida. Fue casi una hora que estuvimos bajo los escombros, hay muchos hematomas, golpes contusión, pero nada está comprometido”, agregó. “Mi cabeza está bien, tengo una sutura e inmovilizada una mano”. También es importante sanar emocionalmente, mencionó.

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Elianta Quintero, locutora y corresponsal, aclaró que no había difundido aún sus vivencias por “respeto a la República Dominicana y porque no había condiciones emocionales para narrar lo vivido”. Pero ahora que se siente un testimonio de Dios, aprovecha estos espacios para agradecer por los mensajes de preocupación y cariño que ha recibido. Igualmente, publicó en sus rede sociales un poema sobre su experiencia y un video del concierto. (E)