El vino de mi sombra (Cadáver Exquisito, 2014) es el doceavo poemario de Sonia Manzano, presentado el pasado 14 de agosto, en Mr. Books, con la intervención de los académicos Raúl Vallejo y Cecilia Velasco. “El público abarrotó las instalaciones”, dice la poeta, quien hace ya varios años que entró al mundo de las redes con mentalidad abierta y la intención de compartir poesía.

“La poesía es un canal para el arte, magnífico, que atrapa lectores”, sostiene, y agrega que hacerse visible a un gran sector de la sociedad que no se había acercado a las letras antes, y dejarles el deseo de seguir buscándolas, les da a las redes bastante mérito. “¡Ojalá yo las hubiera tenido, cuando era muy joven y comencé mi carrera literaria! Hubiese podido difundir mejor mi poesía”.

La autora Sonia Manzano prepara dos novelas y un libro de cuentos. Foto: Amaury Martínez

Allí se ha encontrado con lectores jóvenes y también con nuevos autores. “Uno de ellos, que usa el seudónimo de Vodka, me dijo que escribe a ratos, por lo que se considera un poeta ‘a ratos’, pero que piensa hacerlo con mayor frecuencia. Eso es algo muy grande para mí, porque quiere decir que he suscitado interés para que los jóvenes sigan creando y produciendo”.

Publicidad

El vino de mi sombra empíeza con una invocación al tiempo, aquel que hace lo que quiere. “A quién no le impacta. El tiempo nos lanza a la vida y determina cuándo concluye, y sigue avanzando, dejando atrás a los caídos”, dice del poema introductorio Tiempo, me has vencido, que es un guiño a Espacio, me has vencido (César Dávila Andrade, 1947). “En realidad, el tiempo nos vence, pero también nos da la oportunidad de que nos levantemos de cualquier derrota cotidiana. Decimos: ‘Esto es cuestión de tiempo, ya va pasar’”.

La Feria Internacional del Libro Guayaquil confirma la fecha de su edición 2024

En el siguiente apartado, Oh capitán, mi capitán, Manzano une a otros dos poetas distanciados por el tiempo, el norteamericano Walt Whitman y la griega Safo. La voz femenina le pide al capitán que no la busque, que hay asuntos que deben quedar en el pasado. Aunque vuelva, piensa Manzano, “ya no encontrará a la misma mujer que dejó en esa isla, y que ahora recorre la orilla con sandalias suicidas”.

Y más allá, en el apartado tercero (Sombras sin cuerpos), están Aquiles y Tetis, en el poema Madre, que Manzano compartió en Instagram.

Publicidad

Leyendo es fácil pensar que en este momento, alguien podría estar cantando esas letras. “Mi palabra escrita es cadenciosa, rítmica, y trato de coordinar de manera que suene la melodía de las ideas. Soy cuidadosa, me gusta la eufonía”.

También es fan de trabajar en simultáneo: poesía, cuento y novela. “El gran motor que tiene mi literatura es la poesía, pues la desplazo por los géneros de la narrativa y hago ensayo, comento libros. Mientras pulía este poemario, escribí una novela, que próximamente va a aparecer. Se llama Rapsodia en seco”. Y habla de otra más, El viento de otoño, “el que sopla en las espaldas de los adultos mayores”.

Publicidad

Siente que lleva bien sus 77 años, y que la literatura la ha ayudado en eso, junto a la música. Sigue dando recitales de piano. “Y escribiendo, porque el día en que no escribo, me siento mal”, agrega, pero aclara que lo que no considera meritorio se queda inédito. “Hay que ser selectiva y tener autocrítica. Soy la más severa conmigo misma, quiero que mis obras tengan una estimable calidad”.

Esa disciplina la adquirió en el hogar de sus padres, un educador y una pianista, narradora y poeta. “Me ayudó ser profesora (de literatura y lenguaje) desde joven. Pretendía, y creo que conseguí, sembrar muchas ocasiones literarias en mis estudiantes, que se enamoren del lenguaje de la manera más hermosa posible”.

Continúa enseñando, pues dirige un grupo de teatro, un coro, un club de piano, “y siempre estoy metida en esto de que las personas deben tener una buena dicción y pronunciación, ser expresivaa con lo que dicen (...) el poder de la palabra ha salvado vidas”. Una persona sensible a la belleza, piensa, puede abrirse a una visión de mundo más positiva.

Para ella, el mayor compromiso que tienen las letras, en cualquier género, es estético, con la calidad y la belleza. “Después, que venga cualquier compromiso que quiera establecer el escritor”. Y por eso vuelve a hablar de su siguiente proyecto ya en marcha, un nuevo cuentario para sumar a Luz escarlata (1999) y Trata de viejas (2015). “Yo no puedo parar”, confiesa, y se compara a Sherezade, que para que el sultán no le cortar la cabeza, le contaba uno y mil cuentos. “Escribir es mi manera de vivir y sobrevivir (...) y la poesía es mi caballo de batalla”.

Publicidad

El vino de mi sombra pertenece a la colección Cría Cuervos, en la Cadáver Exquisito ha enlistado también El fuego de San Telmo (Carlos Luis Ortiz), L.A. Monstruo (Andrea Crespo), Caníbales (Leira Araujo), La vida es a muerte (Ricardo Maruri), La sal del tiempo (Omar Balladares), Material de ruido (James Martínez Torres) y Acapulco so close (Ángel Emilio Hidalgo). Está en Mr. Books y en LibriMundi. (F)