Guayaquil es una ciudad que se ha convertido en elemento referencial de la historia, la crónica y la música. Pero indudablemente donde más se la expone en toda su vitalidad y complejas contradicciones ha sido en la literatura, ningún arte como el de las letras ha podido desentrañar la esencia dual de esta urbe acogedora, pero también temible, la mezcla de trópico y crisol de pueblos.