Hace menos de dos años, el estilo exótico, atrevido y hasta un poco irreverente de un “conejo malo” se tomó el mercado musical a nivel mundial. Benito Antonio Martínez Ocasio, autoproclamado como Bad Bunny, goza de una popularidad y un éxito que lo han llevado a ser acreedor de múltiples Grammy Latinos, participar en los Super Bowl con Shakira y Jennifer López, y bailar la Macarena con las modelos de Vogue; además, lo vimos en un duelo a mano armada con Brad Pitt en el tráiler de Bullet Train.

Bad Bunny recreó el video de ‘Macarena’, del dúo español Los del Río, para ‘Vogue’, pero sin ponerle voz. Foto: El Universo

Y es que el compositor puertorriqueño, en poco tiempo, ya ha incursionado en la moda y la actuación, y hasta tuvo su propia versión Simpsons con su videoclip de Te deseo lo mejor. En el 2020 se convirtió en el primer artista latino urbano en ser la portada de la revista Rolling Stone. Un año después, la revista Time lo consideró una de las 100 personas más influyentes del mundo, teniendo solo 27 años.

En lo vertiginoso del tiempo lanzó en un mismo año (2020) tres discos, uno de ellos sin previo aviso: YHLQMDLG (Yo hago lo que me de la gana), Las que no iban a salir y El último tour del mundo, que se convirtió en el primer álbum completo en español en alcanzar la cima de la lista Billboard 200.

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Bad Bunny pasó de empaquetar las compras de otros en un supermercado, a poner al mundo a bailar a sus pies.

“¿Tú sabes lo que hago cuando estoy triste?, escucho Bad Bunny”, dice uno de los personajes de sus clips a otro, que estaba a punto de colgarse de una soga. Pero ¿qué vuelve a Bad Bunny tan popular?, ¿a qué se debe su éxito, marcado por un grupo amplio que lo ama y otros que se resisten a hacerlo? EL UNIVERSO acudió a especialistas en el campo musical para hacer un repaso completo del personaje y su propuesta sonora.

¿Letra basura?

Bad Bunny reivindicó la relevancia del reggaetón como parte de la cultura latina al recibir su Grammy en 2019. Foto: Getty Images

Para Juan Carlos Urrutia, director de coros y licenciado en Pedagogía Musical, ese éxito actual responde a una estética deseada, a un facilismo, erotismo y elementalismo cognitivo. ”Es como la comida rápida: gusta por el momento, pero no alimenta a la larga”, expresa el también compositor.

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El gestor cultural Mario Rafael Maldonado considera que su ovación se debe a una pérdida de valores que ha provocado una descomposición social. “Sus letras son machistas y ofenden a las mujeres; y, sin embargo, parece no importarles. (...) En esta era muy superficial, la gente baila lo que está de moda para estar in, pero no escucha las letras”, opina.

En sus canciones aborda el sexo de manera muy explícita, en Safaera (canción que en el 2020 fue retirada de Spotify) tiene frases como: “Mi bicho anda fugao’ y yo quiero que tú me lo esconda, agárralo como bonga”; en Yonaguni, dice en cambio “Shorty tiene un cul* bien grande, eh De-demasiao’ grande”; y cuando el ‘Conejito’ nos daba un baño de melancolía en Si veo a tu mamá, rompe el momento con una línea sin censura: “Y es que estoy arrebatao’ Pensando en toa’ las veces que te lo metí”.

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“El sexo juega aquí el mismo rol que en cualquier otro género. El bolero siempre estaba dedicado a una mujer y decía, de una forma linda, que se lo quería meter”, expresó el año pasado en su defensa el intérprete en una entrevista a Amanda Mars, de El País.

La letra no es lo más importante en la época actual, dice Juan Mejía, músico clásico. “Recordemos que la música bailable latina no tiene grandes mensajes (...). En algunas de las canciones de Bad Bunny no escuchamos ni siquiera rima, sin embargo, todas estas cosas son solucionadas a partir del proceso de producción (...). Estamos en una época en la que el lenguaje es diferente; lo que era tabú hace algunos años, ahora no lo es tanto”, sostiene.

La canción Safaera no está disponible en la plataforma de música Spotify.

Con esto coincide la investigadora musical Samaela Campos, quien señala que uno de los grandes aciertos de Bad Bunny es su propuesta lírica. “El conector radica en los hechos vivenciales, narrados con un lenguaje coloquial sin censura, que es el llamado de atención en las generaciones adolescentes y jóvenes, que no se escandalizan con estas letras, sino que se identifican”, expone.

Además, los especialistas mencionan que el público de habla no hispana que sigue a este artista también se conecta con el sonido de su voz, grave y rasposa. “Esos sonidos de garganta que él tiene cuando canta son lo que llama la atención. (...) El mundo quiere consumir algo latino y, sobre todo, quieren consumir un tono de voz diferente, tal como en su tiempo fue bastante cotizada la voz de Gente de Zona”, refiere Mejía.

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Humildad + contexto social

En la imagen un registro del cantante puertorriqueño Bad Bunny, en San Juan (Puerto Rico). EFE/Thais Llorca/Archivo Foto: EFE

La docente y artista Jenny Villafuerte sostiene que el puertorriqueño busca transmitir el contexto sociocultural para fortalecer su identidad como artista, y esto se complementa con su base musical, que describe como lenta y pegadiza. “Recordemos que se inició grabando videos en Instagram, hasta que se volvió viral y ganó popularidad rápidamente”, menciona.

“La semiótica visual que utiliza conecta con gran parte de la juventud, que se identifica con su origen humilde. Su falta de dicción, los vulgarismos adaptados a la lírica de sus canciones...”, añade.

El reguetón es un género que viene de la calle, del underground, de la gente pobre que no tuvo opciones. A veces, hasta criminales, pero no lo digo de forma despectiva. Gente que salió de la cárcel, o vendían drogas, y al final vio una luz en ese género del reguetón

Bad Bunny (Para El País)

A esto se suma su cercanía con temas políticos, como su posición en contra de la corrupción en Puerto Rico; o su empatía con los derechos a la mujer (aunque contradictorio) y los derechos LGBT.

En su videoclip Solo de mí presenta a una joven que mientras interpreta su canción sobre un escenario va sufriendo moretones sobre su rostro, hasta que de pronto desaparecen y sonríe. En su letra dice: “Yo no soy tuyo ni de nadie, yo soy sólo de mí”.

Escena de videoclip 'Solo de mí', de Bad Bunny.

Mientras que en su popular tema Yo perreo sola, Bad Bunny combina sus extravagantes gafas, anchas camisetas con pestañas postizas, peluca, uñas largas, tacos y algunos atuendos femeninos; todo esto para personificar a una “mujer empoderada”. En una de sus líneas exclama: “Que ningún baboso se le pegue”, y al final del clip muestra el siguiente mensaje: “Si no quiere bailar contigo, respeta”.

En 'Yo perreo sola' Bad Bunny se vistió de mujer.

Producción y mercadeo meticuloso

La investigadora Campos sostiene que Bad Bunny maneja un trabajo meticuloso de producción y mercadeo. “Algo que debe reconocerse es que Bad Bunny no es un artista improvisado y su éxito habla por sí solo, demostrando que tiene un equipo de trabajo que se adapta a la cadena de procesos (promotor, mánager, escritores, músicos, productores, ingenieros de sonido, P. R., creativos, directores musicales, etc.), lo que respalda su popularidad”, detalla.

Bad Bunny hace lo que quiere... ¡y triunfa!

Campos explica que su equipo de productores sabe utilizar recursos sonoros para llamar la atención del público mayor, pues a B. B. también le interesa darse a conocer en esa población, sin que esto signifique necesariamente un consumo masivo de su música. Mientras que en el público joven busca un enganche. “El tema Si veo a tu mamá utiliza el motivo musical de la canción La chica de Ipanema, que se popularizó en la década de los años sesenta, aproximadamente”, ejemplifica.

Sobre esto, Mejía explica que, al ser una música de consumo comercial, los productores siempre van a optar por una fórmula que funcione en el mercado: armonía sencilla y perdurable en la memoria. “Ellos combinan sonidos sencillos, hacen un beat que sea bastante pegajoso. Esta fórmula no solo funciona con Bad Bunny, sino también con otros artistas”, describe.

Si la música es muy complicada, la gente solo recordará algunas cosas, y no se llevará el tema. Estamos hablando de que es música comercial, y su objetivo es que se te quede en la mente cuando la escuchas”, añade.

Es así como sus temas no solo se han quedado encasillados en el trap latino; también ha ido incorporando a su música otros géneros, como el rock, kizomba y el bolero y soul; creando un cóctel ritmos en varias de sus canciones.

Sátira audiovisual

Escena de video 'Si estuviésemos juntos', de Bad Bunny.

Campos hace una revisión sobre la referencia gráfica que el artista emplea en sus videos. “Utiliza la sátira, el sarcasmo, que se conjuga con la colorización cálida a fría, y jugando a su vez con diversos tipos de plano, recorriendo desde secuencia hasta primer plano”, dice.

La investigadora dice que las comparaciones entre artistas de diferentes generaciones no cabe, ya que cada época tuvo su referencia musical. “Sus producciones responden a las tendencias del momento”, sentencia. (I)