Por Carlos Fernández León para EL UNIVERSO

Aunque afirma que de todas sus canciones, solo el 64% de sus letras son parte de sí. Roberto Musso sí mide un metro ochenta y uno, aunque nunca estuvo preso, anduvo cerca, tiene voces en su cabeza y hoy está en Guayaquil, para, junto a su banda, Cuarteto de Nos, presentar sus últimas producciones discográficas, Jueves y Lámina Once.

EL UNIVERSO pudo conversar con él, quien vuelve al Puerto Principal luego de cuatro años para reencontrarse con su público de siempre y mostrar sus nuevas propuestas musicales a aquellos jóvenes adeptos que empiezan a tararear sus composiciones. Su vida cotidiana, los proyectos actuales de la banda y el futuro de la misma fueron parte de esta entrevista.

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Desde 1984 hasta hoy van 38 años, ¡un matrimonio que cumple ya sus Bodas de Jade!

¿Cómo sobrevive a la interna de este matrimonio llamado ‘Cuarteto de Nos’?

(Ríe) Me impresionaste con la cantidad de años. Nos conocemos desde muy pibes (a los 14 años). Hicimos nuestros estudios universitarios, pero poco a poco la música nos fue ganando, las canciones que empezamos a hacer vimos que a la gente les gustaban, empezaron a venir contratos discográficos y en un momento, cuando fue la salida de Raro, en 2006, tuvimos que optar, porque no teníamos tiempo para dedicarnos a las dos profesiones. Invertimos el 100% en la música y tenemos casi 17 años full time al Cuarteto.

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“Nada es gratis en la vida”, ¿Cuál ha sido el precio o sacrificio pagado para llegar dónde está?

No ha sido un precio, ha sido un premio más que nada, siempre lo hemos visto como un camino super disfrutable, nunca nos pusimos metas a largo plazo (como en ‘Así soy yo’, uno de sus temas más conocidos), nunca fuimos una banda con sueños. Estar disfrutando cada show, cada disco nuevo, cada momento, cada viaje, cada ciudad nueva que conocemos ha sido la clave de por qué seguimos juntos y por qué esa energía sigue indeleble.

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¿Las voces de Roberto existen?

Sí (ríe). Yo siempre cuento que se me ocurrió tener una canción que me rebanara el cerebro y poner el micrófono ahí adentro y que pudiera rescatar los pensamientos que tengo, que son buenos o son malos. Esa canción habla del verdadero Roberto. Muchos, cuando estamos aburridos, tocamos la guitarra o algún instrumento,

¿Roberto tiene Algo mejor que hacer (uno de sus temas) cuando deja a un lado la música?

Estando en Montevideo paso mucho tiempo con mi familia, tengo una hija de 11 años, así que trato de estar lo más que pueda. Ahora se rompió una luz en mi casa y estoy tratando de arreglarla desde acá.

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Cuando se habla de rock, se piensa en el personaje alejado de la persona, ¿es igual con ustedes?

En el caso del Cuarteto es indisociable, te lo hablo por todos. El ser humano es el mismo que se sube al escenario, esa barrera entre público y artista es muy difusa en nuestro caso.

Ha escrito sobre política, causas sociales, pero ¿hay un tema del cuál quisiera escribir?

Me gustaría saberlo. Cada vez que sacamos un disco nuevo es como que echamos ‘toda la leña en el asador’, después empezamos como una hoja en blanco a visualizar lo que va pasando.

¿Hay algún tema específico el cual no ha querido topar con la banda o que tengan prohibido?

Al contrario. Hay algo que la gente ha valorado muchísimo: la libertad total de lo qué hablar, que no haya temas tabú, que si no hay temas habituales en el mainstream, que el Cuarteto lo toque, es lo que más acerca a la gente con nosotros.

Hoy vienen a ofrecer un concierto a Guayaquil luego de cuatro años ausentes, ¿qué vienen a presentarle a sus fans?

Es un show súper interesante. No es lo mismo (que un concierto virtual, como el presentado durante principios de 2020 por la pandemia), entonces nos quedaron pendientes esas canciones que la gente no había podido oír en vivo, que tienen una potencia increíble. Es un equilibrio entre canciones de Jueves, las emblemáticas, además están las canciones de Lámina Once, es un show super potente. Prepárense, porque tiene un repertorio único, super equilibrado.

Hace poco, el año pasado, Raro, al que algunos consideran su metamorfosis musical, cumplió 15 años de publicarse, ¿cómo ha cambiado la música de la banda desde 2006 hasta el día de hoy?

Siguió siendo rara la carrera de Cuarteto, porque no coincidió el momento del disco con la popularidad de la banda. Yo creo que la discografía que vino después de Raro fue lo que afianzó a la banda como una banda hacia adelante y se sostuvo en el tiempo, y sobre todo la renovación de gente, hoy con público joven. Quizás en Raro muchos ni habían nacido.

Lámina Once es el primer álbum en salir bajo su propia discográfica, Porfiado Records, ¿qué busca la banda con este cambio a un sello independiente?

Pasó en la pandemia: fue una reflexión de cosas que queríamos hacer y cosas que no queríamos repetir más. Nos pareció el tiempo adecuado para volver a ser dueño de nuestros tiempos de artista y de ir sacando lo que queríamos. Hemos trabajado con las discográficas más grandes de todos los tiempos y han servido para potenciarnos, pero nos pareció que era el momento adecuado para sacar un sello propio. Y justamente porfiado es lo que somos (de acuerdo a la RAE, porfiado es una persona terca y obstinada).

En sus últimos discos se escucha un sonido más moderno, han pensado en adaptarse a ritmos más comerciales. Por ejemplo, veía que en su cuenta de Instagram siguen a Rosalía, a Louis Tomlinson, ¿se imaginan un featuring con alguno de ellos?

Mira lo que me entero (ríe). Como dice ‘Ya no sé qué hacer conmigo’, “Vos siempre cambiando, ya no cambias más” ese es el ADN de la banda y el estar siempre ‘aggiornado’ (actualizado) en cuanto a lo que son fusiones musicales y lo que se escucha por ahí es también el secreto de por qué la gente llega a gente muy joven también. Todo lo que se le pueda prestar a otros géneros para que la canción suba su nivel lo tomamos sin ningún problema, al igual que las letras.

Si tuvieran tres minutos y cien palabras para describir a la banda, ¿qué diría?

Una banda de rock rara. Es la mejor definición que tenemos y la que más va con nosotros. (E)