Ante el término ‘banda adolescente’, algunos seguramente querrían dar la espalda. Pero una vez que el vocalista de The Gars vocifera la intro ‘put your loving hand out, baby, ‘cause I’m beggin’...‘, del famoso himno de Måneskin, o el guitarrista replica el inconfundible solo de Sweet child of mine, de Guns n’ Roses, las cabezas se voltean hacia ellos.
En el escenario, sus edades pasan a segundo plano cuando la potencia del rock los posee y entregan sus interpretaciones de los clásicos y los hits de este género como si su vida dependiera de aquello.
Publicidad
Es la fuerza que entregaron, por ejemplo, en la última gala del Miss Ecuador y luego como los teloneros de la Bon Jovi Experience. Más recientemente esa energía se volcó en Salinas en el último carnaval.
Publicidad
The Gars está conformado por Ricardo Wright, vocalista (16 años); Sebastián Zambrano, baterista (15 años); Francesco Morales, guitarrista (17 años); y Gabriel Sánchez, bajista y coros, que acaba de cumplir 19 años.
Al fin y al cabo, en la historia del rock, muchas bandas empezaron así. Entre lecciones de colegio, amigos, primeros amores y un deseo desmedido por ser estrellas y vivir de la música.
Pero The Gars no es una típica banda colegial, aclaran sus integrantes, ni mucho menos ha sido formada por chicos que se conocieron de toda la vida.
Publicidad
“Somos el resultado de un proyecto de banda que no se dio, en el que estábamos Gabriel y yo. Esta banda se separó antes de llegar a ser algo, entonces decidimos hacerlo por nuestra cuenta”, explica Ricardo.
En efecto, como si se tratara de un proyecto profesional, los jóvenes abrieron audiciones a través de las redes sociales. Con el respaldo y guía de sus papás y mamás, que son parte de su equipo técnico y entourage al mismo tiempo, reclutaron a Francesco y Sebastián. De eso, hace cuatro años.
Publicidad
Inspiración y formación
¿De dónde les vino, desde tan pequeños, esta afición por el rock? De sus propias casas. “Mi papá me influyó mucho, por los artistas que él escuchaba. Cuando los años pasaron mis intereses se fueron expandiendo hacia la música”, recuerda Ricardo.
Gabriel es hijo del baterista Ricardo Sánchez (Lego, La Rumba, Los Padrinos). “Desde toda mi vida ha estado siempre presente la música, así que en algún momento iba a pasar. Y pasó en el mejor momento de todos, entre comillas, porque en el encierro de la pandemia tuve bastante tiempo para desarrollar estas habilidades”, explica el joven artista.
A diferencia de otras generaciones, en las cuales los padres les hubieran pedido que se interesen por carreras “más serias”, los Gars por el contrario se sienten alentados por sus progenitores, quienes los apoyan y cuidan mientras se dedican a esto y tratan de hacerlo su primera profesión.
Y para eso cultivaron su formación artística. “En un vacacional de música escogí la batería, porque era la que más me llamaba la atención. He ido perfeccionando mi talento viendo videos, aprendiendo de los mejores bateristas, tratando de esforzarme como ellos”, ilustra Sebastián, a quien lo inspira Álex González, de Maná. Ricardo también se considera autodidacta, aprendiendo de su papá que también formó una banda de adolescente, pero dejó con el paso de los años.
Publicidad
Gabriel tuvo de profesor al músico Daniel Cornejo, de La Rumba. “Sus clases me sentaron bases para aprender sobre la música, a controlar mi oído, a leer música, a identificar las notas del instrumento”. Ahora que va a la universidad desea estudiar producción. Francesco, igualmente, tuvo un profesor particular, siguió otros cursos y ahora él se divide entre el colegio, la banda y el conservatorio.
Para demostrar que toman en serio esto como carrera, acordaron practicar todas las tardes de los miércoles, en un estudio, pagado con el dinero de sus presentaciones. No conciben la idea de no ensayar, pues justamente en este espacio se perfeccionan y les permite probar y sobre todo crear, que es su meta a mediano plazo.
Como no podría ser de otra manera, deben cuidar su vida estudiantil, tal como les piden sus padres. Y eso significa organizar productivamente sus tiempos, sobre todo si coinciden exámenes con conciertos. Y recuperarse, con trabajos adicionales, si hay una calificación que no sea sobresaliente. Así han aprendido a ser más autónomos, lo que les ayudará en su adultez.
The Gars, hacia el futuro
En esta etapa de su floreciente carrera, The Gars se ha hecho conocido por sus covers. Su repertorio se compone de sus temas favoritos y melodías que el público aclama, incluso si les ha resultado supremamente complejas de poner en escena. Como Mariposa Tecknicolor (Fito Páez), que ha sido la más difícil de interpretar, concuerdan.
Por supuesto, su siguiente meta es producir su primer álbum. Algunas de las primeras producciones de ese futuro disco, aunque aún no están disponibles en plataformas, se pueden escuchar en sus presentaciones, como Red Tears.
“Esta es mi opción A. Creo que siempre y cuando uno tenga dedicación, esfuerzo, determinación y constancia, se puede lograr lo que uno se propone. No quiero sonar creído, pero sí me veo logrando algo grande en la música”, estima Ricardo.
“Ya que voy a estudiar Producción Musical, pueda que viva de esto también. Mi plan es hacer de mi vida lo más que se pueda y hasta donde yo pueda. Lo importante es divertirse en el camino. Hasta ahora todo ha salido bien, gracias al apoyo de los padres y todas las personas que han estado alrededor de nosotros”, considera Gabriel.
Del mismo modo se siente Sebastián. “Por la trayectoria a la que vamos, los conciertos, ensayos, y las risas, por mí esto se irá de largo. Es un tema serio para mí y tengo la fe de que será algo grande”. Francesco no se queda atrás, empezando porque ya se encuentra haciendo de la música su profesión. “Me veo como un músico profesional y esta banda tiene futuro”. (E)