Para la pianista y compositora Lyzbeth Badaraco la música no solo ha sido el camino idóneo para contar historias -las suyas, las de otros-, también ha sido ese bálsamo para el alma, ese aliciente que ha convertido los momentos de dolor en notas musicales. Fue así como nació el primer tema de su nuevo álbum de estudio, como ese veredicto final de una etapa de la que creía que nunca iba a salir. La artista guayaquileña presenta su segundo disco, Bucle, en un concierto especial en el Teatro Centro de Arte.