Taly Salas y Roxana Landívar están radicadas en Argentina. Se unieron durante la pandemia gracias a las ganas de hacer música. Esto terminó siendo la creación de Nika Turbina (@nikaturbina_), proyecto que hace menos de dos semanas publicó su primer EP, titulado No voy a estar tranquila.

Compuesto por cinco canciones, y con una duración aproximada de catorce minutos, el EP se encuentra disponible en todas las plataformas de distribución digital. Un trabajo que recoge elementos de distintos géneros, como el pospunk, el synth pop y el rock alternativo.

Si bien el sonido logrado no es algo que no se haya escuchado con anterioridad, en el panorama local de música independiente sería difícil encontrar algo similar. La oscuridad y la irreverencia acechan estas canciones, apropiándose de ellas; sin embargo, no están repletas de tristeza ni se vuelven intolerables. Se tocan temas sociales de forma graciosa, pero están ahí y, al finalizar, empiezan las preguntas que uno se genera.

Publicidad

La producción fue realizada en Ecuador por Kike Landívar, y en Argentina por Federico Goldemberg. La masterización corrió por cuenta de Bika Violeta. Desde la perspectiva del crítico, las voces son algo que se pudo trabajar un poco más; no obstante, es comprensible que esto es parte de la identidad de Nika Turbina, algo que refleja la autenticidad del dúo. Sin importar qué, la convicción es una de sus armas más destacadas.

Tal vez en Ecuador estas canciones pasen desapercibidas y no logren lo esperado, algo que sería muy penoso de ser así; empero, en Argentina, particularmente en Buenos Aires, No voy a estar tranquila podría ser algo muy cercano al éxito y a la relevancia.

Dos chicas jóvenes abordando temas sociales y cotidianos, rodeadas de los mencionados estilos musicales, son dignas de por lo menos dar play y una oportunidad. Ojalá por acá sigan la sugerencia del columnista y escuchen este proyecto que sin duda promete mucho.