Kevin Johansen y Ricardo Liniers son el yin y yang ideal capaz de convertir la cotidianidad, un gesto, o un chiste en arte, en uno ‘preciosísimo’ que toca fibras. “Él hace algo que no se escucha, y yo hago algo que no se ve”, acierta Johansen con su particular tono grave de voz. Los entrañables amigos están de paso en Ecuador para su esperado show en el Teatro Sánchez Aguilar; y en una genuina entrevista con EL UNIVERSO -desde Quito, donde se presentaron ayer jueves- comparten detalles de este curioso espectáculo que combina la música y el dibujo.

La amistad es el ingrediente secreto de esta puesta en escena, que en vivo se conjuga con las ocurrencias de Johansen y la rapidez mental de Liniers. “A veces lo sorprendo con algunas nuevas canciones o una canción vieja. Pero sobre todo estamos pasándola bien con la gente”, declara el intérprete de Tiene algo.

Aunque la improvisación es un elemento clave en el concierto, sí que existe una estructura o guion que se adapta y modifica todo el tiempo. “Lo complicado de mi costado del show es que tengo que resolver el dibujo en el tiempo que dure la canción; en el último acorde tengo que hacer la última pincelada y a Kevin le da por escribir canciones medias cortitas”, expresa Liniers entre risas.

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Aunque al inicio era timidez absoluta, confiesa que dibujar en vivo y mientras su colega canta es algo mágico. “Es muy diferente a como dibujo en mi casa, donde te tomas todo el tiempo del mundo; en cambio, esto sale mucho más expresivo y orgánico, y a mí me divierte”, expresa el creador de Macanudo.

Por su lado, Johansen disfruta de la compañía de Liniers, porque además lo salva de tener un gran close-up de su cara en las gigantes pantallas de los conciertos. “A mí me libera de una necesidad expresiva teatral que no la preciso con lo que dice las canciones. A veces estoy cantando algo supersentido, una balada, y él hace reír a la gente, o al revés, yo canto algo sarcástico, irónico, y él los hace llorar”, menciona.

“Liniers es un poeta, más que un dibujante”, apunta, con esa sensación de orgullo que hace inflar el pecho.

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Y en este punto entran en un debate existencial, que termina siendo un buen pretexto para demostrar lo mucho que se admiran:

-Liniers: lo que hago es interpretar con mis dibujos la música de Kevin. Hay canciones de él, que no entiende.

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-Kevin: Hay un momento donde él explica mejor que yo las cosas y también el intercambio es muy importante.

-Liniers: Tenemos ciertos puntos en común en nuestras estéticas, en la manera de Kevin de decir algo gracioso.

Cómo nació todo

Ricardo Liniers y Kevin Johansen.

Afirman que este proyecto tiene un ‘cupido’ detrás. Gastón Piñeiro, responsable de la parte visual, fue el que tuvo la ingeniosa idea de proponerles de trabajar juntos, y que sea un concierto que una el talento de los dos argentinos.

Al inicio Liniers prefería mantenerse bajo sombras, pues la experiencia de un público en vivo aún le provocaba nervios. “En los primeros shows yo estaba con el sonidista y el iluminador, y una computadora, y yo estaba dibujando en la computadora... y con el tiempo Kevin fue diciéndome ‘mirá, me parece que la fiesta es en el escenario, no es acá escondido”, recuerda.

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“Y una vez que me subí en el escenario, le pesqué un poco el gustito, cada vez más y ahora estoy tratando de bajarlo a Kevin, y quedarme directamente yo con todo”, manifiesta a modo de broma, y difícil no reírse con este par, que pide ser llamados el Leonardo DiCaprio y Brad Pitt latinos.

Una amistad equidistante

Ricardo Liniers y Kevin Johansen.

Son de esos amigos que pueden vivir lejos, pero el cariño se mantiene intacto. Kevin nació en Alaska, pero vive en Buenos Aires; y Ricardo nació en Buenos Aires, pero vive en Vermont; pese a estar a puntos ‘equidistantes’ (como en la canción), lograron coincidir para hacer esta gira.

Cuentan que se conocen desde el 2001, cuando Johansen llegó a Argentina, de Nueva York. “Lo escuché en una radio, con los graves muy marcados, me gustó lo que escuché, me compré el disco, me gustó el disco y le llevé a mi mujer y le dije: ‘tenemos que ver este tipo que se llama Kevin Johansen, pero habla en argentino’”, relata con mucho humor Liniers, quien al final de uno de sus shows se le acercó para conversar con él. “Yo era fan y también estaba buscando trabajo”, bromea.

“Yo también lo seguía a Ricardo... yo también ya lo había descubierto”, complementa, por su parte, Johansen, antes de ‘chantarle’ un beso en la mejilla a su amigo de hace más de veinte años.

‘Quiero mejor’

Kevin Johansen. Foto: Cortesía

Johansen está celebrando la publicación de un nuevo disco titulado Quiero mejor, que contiene joyas musicales que nos conecta a lo esencial, lo sencillo y lo real. “Empecé a pensar en la necesidad que tenemos todos de más, más, más. Estamos en la generación en la que nunca es suficiente nada”, declara el músico, que afirma que ya está trabajando en un espectáculo dedicado netamente en la presentación del disco.

Sin embargo, indica que en el actual show interpreta tres temas de este álbum: El vals de la luna, Puntos equidistantes y Quiero mejor.

¿Cuándo es el concierto de Kevin Johansen y Liniers?

Es la primera vez que Johansen visita Guayaquil, y la segunda de Liniers, quien en el 2018 se presentó con el ecuatoriano Alberto Montt.

Kevin Johansen + Liniers está previsto presentarse para el sábado 13 de abril, a las 20:00, en la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar. Las entradas tienen un costo de $ 40, $ 60 y $ 80, y se venden por la página del teatro o la aplicación. (I)