Carlos Alberto García Moreno nació el 23 de octubre de 1951 en Buenos Aires, Argentina, pero Charlie o Charly nacería algunos años después, más o menos con la aparición de Sui Generis, la primera banda con la que empezaría a cambiar la historia de la música de su país, junto con su tocayo Carlos Alberto Nito Mestre, quien fuera además compañero de colegio de García.

Para empezar a relatar la vida de Carlitos hay que entender que es considerado uno de los artistas vivos más importantes de la música en nuestro idioma. Una leyenda, un prócer, alguien por completo distinto a los demás. Incluso desde su concepción, ya que tiene una condición conocida como oído absoluto, que se presenta en una de cada diez mil personas, y le permite reconocer cualquier nota musical sin necesidad de referencia alguna. También el vitíligo, enfermedad que causa la pérdida de pigmentación en ciertas áreas de la piel. Esto le brindaría su característico bigote bicolor. Charly es diferente a todos. Incluso entre sus pares, varios lo reconocen como un padre que ayudó a sus hijos en el mundo del rock y les dio cabida en sus bandas y ensambles. Fito Páez, Andrés Calamaro, León Gieco, Pedro Aznar, la lista podría ser interminable, como su propia carrera.

Charly es considerado uno de los artistas vivos más importantes de la música en nuestro idioma. Foto: cortesía.

Es un hombre que se tiró a la piscina desde el noveno piso de un hotel y vivió para contarlo, pero hay mucho más. No solo hay anécdotas o locuras detrás del autor de temas como Promesas sobre el bidet, No me dejan salir, Canción para mi muerte y tantas otras. Se dio el tiempo de enfrentar gobiernos, dictaduras, censura y todo lo imaginable, claro que con la música como su arma y bandera. Serú Girán (banda que formó junto con David Lebón, Óscar Moro y Pedro Aznar) fue una gran prueba de eso, lanzando álbumes como La grasa de las capitales o Peperina, que contaran con canciones como Viernes 3am, prohibida en época dictatorial.

Publicidad

Ahora, lejos de temas políticos, por supuesto que el cumpleaños de Charly fue celebrado como una fiesta nacional, homenajeado en distintos conciertos, con uno que incluso contó con su sorpresiva participación, compartiendo escenario con músicos como Fernando Samalea, Hilda Lizarazu y el mencionado Fito Páez, quien se encargó de brindar un emotivo show que tuvo acompañamiento orquestal y a un Páez sentado en el piano para interpretar clásicos del repertorio del también fundador de la agrupación La Máquina de Hacer Pájaros.

En medio de tantas historias de excesos y excentricidades, sin duda alguna Charly García es un nombre que será recordado en la eternidad y aunque ahora se lo puede apreciar como alguien disminuido en su salud, su espíritu rockero sigue intacto y sin indicios de querer extinguirse.

¡Feliz cumpleaños, Charly!