Alguna vez, Maía y Luis Enrique soñaron con construir una canción juntos, pero pasaron doce años hasta que eso pudiera hacerse realidad. La cantante barranquillera está segura de que ella necesitó ese tiempo para estar lista para la canción que el nicaragüense compuso para los dos, la salsa Ni tú ni yo.
Y aunque en este tema la historia dice que los dos deberían rendirse en vez de “seguir intentando”, y que más les convendría “decir adiós”, los intérpretes lograron exitosamente combinar sus voces este año.
Era el momento perfecto, porque en el segundo semestre de 2024, Maía estará en Bogotá, dedicada a la segunda temporada del reality musical La Descarga, al que describe como una competencia de cantantes profesionales. Ella será mentora, y llevará su experiencia en varias temporadas de La Voz Colombia, programa en el que debutó en 2012 como coach vocal.
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¿Prepara un nuevo álbum? “La situación de los álbumes ya no parece ser tan relevante”, reflexiona Maía en entrevista con este Diario, desde Bogotá. “Debido a las nuevas tendencias virtuales, se lanzan más sencillos”. Ni tú ni yo iba a ser parte de un disco, pero las canciones han ido saliendo solas desde 2023, esta es la cuarta, y en mes y medio se liberará la quinta.
Maía conquistará al ritmo de su álbum 'Instintos'
“Creería que esto hace parte de la nueva etapa de Maía con la salsa, con un sonido característico de melodías pop pero con carga salsera y afrocaribe y afroantillana muy fuerte”.
Esta canción la escribió y compuso el Príncipe de la salsa junto con el músico cubano Ángel Pututi Arce. “Luis Enrique quería que cantáramos, fue una sorpresa muy grande. Nos conocimos hace 12 o 13 años y quedó en el tintero la posibilidad de hacer algo juntos, pero quedó ahí”. Hasta este año. “Imagínate la felicidad tan grande que siento cuando se acerca el maestro y me dice: ‘Esta canción quiero hacerla contigo’. Me dio un ataque”.
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Maía y Luis Enrique en una conversación musical
Los tiempos fueron los correctos, cree Maía. “Yo necesitaba esos 12 años para estar lista para interpretarla de manera correcta, para hacerle el dúo y para sentirme bien en esta canción, que es un 50-50, es una conversación musical”. La artista tiene el deseo de rescatar lo que alguna vez hizo el dúo argentino Pimpinela, la “música para planchar” de finales de los 70 e inicios de los 80.
“Él trajo a mi mesa una canción con mucho contenido, con mucha profundidad, con una enseñanza a nivel emocional, porque es de desamor, pero no desde la perspectiva de la culpa ni de la desdicha, sino de la del reconocimiento, saber que a veces, por más que tú trates de empujar algo, no es que vaya a andar; a veces hay que dejar reposar y decir: ‘Mira, esto no va a funcionar, tenemos que dejar ir, y no podemos echarnos la culpa el uno al otro, somos igual de responsables”.
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Y eso es lo que resulta de la unión entre Luis Enrique y Maía. “Estamos tratando de contarle a la gente que esa simbiosis entre dos artistas que salen de su confort para trabajar es posible”. Ella alaba la madurez musical del cantautor, activo desde 1973, mientras contempla su propia carrera de 22 años. “No son nada, realmente, en la vida de un artista, si esto es lo que se quiere para toda la vida”.
Pero la salsa, aunque cante de despedidas y traiciones, da al público motivos para bailar. “Una de las cosas más lindas para sobrellevar las penas es bailar; por eso, uno tiene que ser responsable con la música, poder llevar a la gente a bailar sus penas, que en un momento duro de la vida pueda llenar esos vacíos con mejores emociones, la esperanza de un nuevo amor”.
Maía asegura que ella hace una “auditoría exhaustiva” de lo que canta, sea escrito por ella o de otros autores. “Me fascina cantar lo de otras personas, brinda la posibilidad de ponernos en los zapatos de otro. Uno se siente muy cómodo cantando sus sentimientos, pero cuando tienes que ponerte la emoción de otro, ahí está el reto. Ese es el arte del intérprete, muchas veces subvalorado”.
Esta vez le llegó el turno a la salsa, y a juzgar por los comentarios en torno a Ni tú ni yo, su voz ha salido triunfante del reto. Maía, cuyo nombre es Mónica Vives Orozco, explica que el cuidado de la voz empieza por los oídos, que es el medio de afinación; también hay que aprender a manejar el volumen, calentar todos los días el tracto vocal y la respiración. Y tener la humildad de seguir aprendiendo. “Todavía tengo profesora de canto, desde que comencé, a los cinco años”. (E)
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