La pijamada empezó puntual. A las 20:00, las localidades estaban llenas en casi su totalidad y el escenario, la inmensa tarima que ocupaba la mitad de la cancha del estadio Alberto Spencer, mostraba la majestuosidad de Antes de que amanezca: Los Estadios, esta gira en la que se comprobó la conexión de los músicos colombianos con su audiencia.

El público llegó desde temprano. Permitir el acceso desde las 16:00 fue de gran valía para evitar las tradicionales filas interminables de tráfico en los exteriores del estadio. Los fanáticos, muy respetuosos del código de vestimenta, asistieron en su mayoría con pijamas. Unos con pantalones a cuadros, otros de franela, algunas con pantalones cortos y camisas a juego y muchos más con camisetas o prendas alusivas a Morat, la agrupación colombiana formada en el 2011. Esta petición de vestuario, es justamente en referencia al título de la gira, que luego de su segundo show en Ecuador -el primero lo dieron la semana anterior en Quito- llevará a los músicos a Santo Domingo, en agosto.

Con pantallas gigantes a los costados del escenario central que desembocaba en una pasarela a lo largo de la primera localidad hasta conectarse con la segunda en pista del estadio, el show arrancó con Como te atreves, 506, A dónde vamos, Porfa no te vayas, Sobreviviste.

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Mientras en los exteriores, Guayaquil vivía y disfrutaba de las diversas actividades por las fiestas julianas, entre ellas el estruendoso desfile de los bomberos, los centeniales y mileniales que se dieron cita en el estadio coreaban al unísono las letras de los bogotanos. Entre el público también habían grupos de niños (junto con sus padres), quienes conocían a la perfección cada una de las letras de los artistas.

Concierto de Morat en el estadio Modelo. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Juan Pablo Isaza era quien más recorría la pasarela que conectaba el escenario central con las dos primeras localidades. “Qué bonita noche Guayaquil, bienvenidos a nuestro sueño (...) Es una gira de estadios que llevamos fantaseando y soñando y no sabíamos cómo se iba a a ver. Lo primero es que los amamos y que no podíamos hacerlos sin ustedes, cada uno hace parte de este sueño, como nosotros. Les tengo una propuesta esta noche vamos a olvidar al mundo y vamos a convertirlo en un recuerdo”, dijo Isaza previo a Mi nuevo vicio.

Y con la música, la masiva audiencia que asistió al Alberto Spencer, se olvidó por casi dos horas y media, de cualquier problema o dificultad, fuera del recinto.

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Concierto de Morat en el estadio Modelo. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Otras se pierden, Mil tormentas, Segundos platos también estuvieron en el repertorio, que antes de cada interpretación mostró una vez más el lado empático y sensible de los músicos, quienes además de ofrecer el espectáculo compartían las anécdotas en el proceso de creación de cada una de las letras que se cantaron esta noche.

Los detalles fueron parte de esta producción. La cancha del estadio contó con cobertura, los asistentes recibieron una pulsera que tenía diversos colores y permitía que interactuaran con los artistas, en la selección de temas a interpretar.

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En una segunda parte del show, pasada las 21:00, el cuarteto se instaló en la parte final de la pasarela. Con sus instrumentos en este espacio y con butacas, Isaza anunció que se pondrían un poco nostálgicos. En este momento, Martín Vargas explicaba que la idea de hacerlo así era para recordarles a ellos mismos, cómo fueron los inicios de la agrupación, en funciones de formato más reducido y con audiencias menos masivas.

“Este formato en el que estamos cantando los cuatro es muy parecido a como Morat comenzó. Los conciertos eran más pequeños y cuando empezamos la gira de estadios queríamos asegurarnos que la interacción con el público fuera más estrecha y cercana”, agregó.

Concierto de Morat en el estadio Modelo. Foto: Francisco Verni Foto: El Universo

En el espectáculo que también contó con pirotecnia no faltaron Cuando nadie ve, Mi suerte, Debí suponerlo, Date la vuelta, Aprender a quererte, Yo no merezco volver, Tarde, Feo, No se va, Salir con vida, Enamórate de alguien más, Amor con hielo, París, Llamada perdida y Besos en guerra.

Con las luces centrales apagadas, los asistentes no querían que Morat se despidiera sin interpretar Faltas tú, su más reciente estreno. Mientras ellos coreaban desde las sillas -que en la mayoría de conciertos impide que el espectador disfrute de su show sentado y lo obliga a pararse en ella-, reaparecieron para despedir y cantarla con sus fanáticos.

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Si los conciertos, para un artista, fueran similares a la sustentación de una tesis y la noche de este sábado, hubiera sido la defensa de tesis de Morat, la calificación más alta -sin duda- la hubieran obtenido: Escenario impecable, espectacular presentación, público entregado y ellos, los cuatro colombianos que recorren este año los estadios enamorando audiencias, conectados en su totalidad a su sueño y a su público. (O)