Taylor Swift reveló en su sitio web oficial que ha comprado su catálogo musical seis años después de que su antigua casa disquera, Big Machine Label Group, lo vendiera a Ithaca Holdings, de propiedad del productor Scooter Braun.
No dijo cuánto pagó por la colección de sus primeros álbumes, prefirió hablar de su emoción. “Toda la música que he hecho ahora me pertenece a mí. Todos mis videos musicales. Todas las películas de los conciertos. Todo el arte y fotografía de los álbumes. Las canciones inéditas. Los recuerdos. La magia. La locura. Cada una de las eras. El trabajo de mi vida entera”, escribió la cantante de 35 años, que hace poco terminó la que bien puede haber sido la gira de mayores dimensiones hasta el momento, The Eras Tour.
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Aseguró que intentó reiteradamente adquirir el catálogo, que estuvo varias veces a punto de lograrlo solo para ver cómo la negociación quedaba en nada, y que había perdido la esperanza de que sucediera.
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“Todo lo que quería era la oportunidad de trabajar duro para un día poder comprar mi música de contado, sin condiciones, sin sociedades, con completa autonomía”, contó a sus fanes en una larga carta.
Además agradeció a la compañía Shamrock Capital, la última dueña del catálogo, por haberle ofrecido el negocio. Braun había vendido a Shamrock el paquete completo con los primeros seis álbumes y otras producciones de Swift.
Para reponerse de la pérdida, Swift hizo varias regrabaciones de Fearless, Red, Speak Now y 1989, todos ellos con el añadido de Taylor’s Version.
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Pero en su comunicado también habló de otras dos grabaciones que tenía proyectadas, Reputation Taylor’s Version y Taylor Swift, Taylor’s Version, y se sinceró diciendo que todavía no ha realizado ni la cuarta parte del primero. “Esos dos todavía pueden resurgir cuando sea el momento correcto, si eso es algo que los emociona a ustedes (los fanáticos). Pero si sucede, no será desde un lugar de tristeza y nostalgia por lo que desearía tener. Ahora solo será una celebración”.
La artista compartió, además, una fotografía de ella acunando sus álbumes, el primero de los cuales se liberó en 2006, cuando ella tenía apenas 17 años y no sabía nada de la industria discográfica. Pero ha aprendido.
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“Cada vez que un nuevo artista me dice que negoció conservar los derechos de sus grabaciones originales al firmar su contrato, y que fue por esta pelea, recuerdo lo importante que fue que esto sucediera”. (E)
