El entusiasmo por los conciertos de Shakira en Ecuador llegó también a Ambato. Allí vive Daniela Camino, diseñadora de 44 años y creadora del emprendimiento Dani Camino, donde transforma prendas en piezas únicas pintadas a mano. En su taller, una chaqueta inspirada en la colombiana avanza pincel a pincel mientras se acerca la fecha del show, siendo este sábado 8, domingo 9 y martes 11 de noviembre en Quito.

Graduada de la Universidad Metropolitana de Quito, Daniela se formó como diseñadora multimedia, aunque su pasión siempre estuvo ligada al diseño interior. A los 21 años fue madre por primera vez y decidió dejar la creación para dedicarse por completo a su familia. “Bloqueé mi parte creativa. Guardé todo en una bodega y durante quince años no hice nada”, recuerda.

Las prendas se personalizan según el gusto del cliente, desde materiales hasta colores. Foto: Cortesía

Ese silencio le trajo consecuencias físicas y emocionales. Fue operada del corazón por una arritmia y atravesó dos episodios de depresión. “Ahí entendí que no se puede bloquear lo que uno es. El arte, en mi caso, es una forma de sanar”, explica.

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Hace tres años retomó los pinceles y empezó a compartir ese proceso a través de Art’sana, un espacio donde une arte y psicología. “Las personas son distintas, por eso adapto cada clase. No todos aprendemos igual y el arte ayuda a liberar lo que cuesta decir”, comenta. Desde entonces, combina ambas áreas en procesos de arteterapia que dicta de forma permanente.

De esa etapa nació Dani Camino, su emprendimiento de pintura textil. Cada prenda se trabaja bajo pedido: “Puedo pintar sobre denim, cuero o la tela que me envíen. Primero plancho la prenda, luego boceteo en blanco y después pinto por capas. Lo más complejo siempre es el rostro, porque cada trazo tiene vida propia”.

Daniela creó Art’sana, un espacio donde combina arte y psicología en talleres abiertos al público. Foto: Cortesía

Su encuentro con los fanes de Shakira llegó este año, cuando pintó chaquetas para un concurso organizado por el club de admiradores en Quito. “Fue muy lindo conocerlos. Me encanta su energía. Shakira me ha acompañado desde la adolescencia, sus primeras canciones me marcaron. Es una mujer que se reinventa y no se detiene”, cuenta.

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Ahora trabaja en un bléiser que planea llevar el martes 11 de noviembre al Estadio Olímpico Atahualpa. “Estoy pintando una pieza con partes de jean. Quiero ponérmelo para ir al concierto, sentir que camino con la loba”, dice entre risas.

Cada pieza requiere entre siete y diez días de trabajo, según el nivel de detalle. Foto: Cortesía

Sus obras tardan entre siete y diez días en completarse. Al ser bajo pedido, ella se adapta a los gustos del cliente y sí, hace envíos fuera de la ciudad. “Cobro 80 dólares por la parte artística y agrego según los apliques o brillos que elijan. No quiero abaratar el arte. Hay que darle su valor. Pienso que estamos en un momento de educar a la gente, a la sociedad para darle el costo que se merece”, señala.

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Casada y madre de dos hijos, de 20 y 23 años, Daniela asegura que su familia ha sido su mayor apoyo. “Cuando se anunció el concierto, ni siquiera me preguntaron nada. Mi esposo solo me dijo: ‘Compra la entrada’. Saben cuánto me gusta Shakira”, dice.

Mientras en Quito los fanes afinan sus atuendos para los conciertos del 8, 9 y 11 de noviembre, Daniela continúa en su taller, entre pinceles y música. “Pintar me conecta conmigo. Cada trazo es una forma de estar bien. Para mí es un momento superlindo, de desconexión total”, finaliza. (E)