La investigación, publicada por The Wall Street Journal, indica que Instagram puede dañar la salud mental y la imagen corporal. “Empeoramos los problemas de imagen corporal de una de cada tres adolescentes”, decía una diapositiva de una presentación interna de Facebook.

Según el citado medio, el 13% de los usuarios británicos y el 6% de los estadounidense atribuyeron el deseo de suicidarse a Instagram.

Por ello, Instagram planea motivar a sus usuarios a que no solo vean contenido que promueve el arquetipo del cuerpo femenino delgado y atlético. Karina Newton, jefa de políticas públicas de Instagram, reaccionó a través de un comunicado, en el que apunta que la gente tiene experiencias negativas, aunque también da voz a las personas marginadas y ayuda a los amigos y familiares a mantenerse conectados.

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Para Newton, la investigación realizada por Facebook demuestra el compromiso de la empresa con la comprensión de los problemas complejos y difíciles con los que los jóvenes pueden luchar.

La plataforma dice que está pensando en formas de reaccionar cuando ve “que la gente se concentra en ese tipo de imágenes”, señaló en un comunicado de respuesta al artículo del diario económico estadounidense.

Instagram conoce la realidad

Según el WSJ, la red es consciente del problema a través de su propia investigación, pero está minimizando su influencia en la psicología de las decenas de millones de jóvenes que se conectan todos los días.

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“Empeoramos la relación con su cuerpo en uno de cada tres adolescentes”, señaló una diapositiva de Instagram publicada durante una reunión interna en 2019, según el artículo.

“Los adolescentes acusan a Instagram de niveles crecientes de ansiedad y depresión”, mostraba otra, resumiendo un estudio de niñas con este tipo de problemas.

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“El artículo se centra en los hallazgos de estudios limitados y los presenta en una mala posición”, respondió Karina Newton, directora de relaciones públicas de Instagram. Sin embargo, advirtió que muestra “el compromiso por comprender estos temas complejos”.

También señala que las redes sociales no son buenas ni malas en sí mismas, que su influencia varía de un día para otro y que no necesariamente engloba los problemas sociales de la vida real.

Ella espera que ayude tener un eventual sistema de incentivos para ver contenido que “inspire y exalte” a los usuarios jóvenes, y que “cambie esa parte de la cultura de Instagram que se trata de apariencias”.

Muchas autoridades y asociaciones llevan años advirtiendo sobre los peligros para los jóvenes que suponen Instagram, TikTok, YouTube, etc.

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“La investigación muestra una correlación entre el uso de las redes sociales y el aumento de la angustia psicológica con el comportamiento suicida entre los jóvenes”, argumentaron fiscales de 44 estados de Estados Unidos en una carta enviada en mayo pasado a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.

Citaron estudios que mostraban los daños de la comparación constante entre pares, como trastornos alimentarios (anorexia, bulimia), y le pidieron a Zuckerberg que abandonara la idea de crear una versión de Instagram para menores de 13 años. (I)