“¿Cuántos kilos bajo con Ozempic?, ¿qué contraindicaciones tiene el Ozempic?, ¿cuándo se empiezan a notar los efectos de Ozempic?, ¿cuántos meses se puede usar Ozempic?” son algunas de las preguntas que aparecen en los buscadores nada más poner el nombre de este medicamento inyectable antidiabético, que en los últimos meses se ha vuelto popular como supuesto método para perder peso rápidamente.

El Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y por la Agencia Médica Europea (EMA). Se usa por prescripción para tratar la diabetes tipo 2 desde 2017, y la obesidad desde 2021 (con un nombre comercial diferente).

El Ozempic ayuda a las personas con diabetes tipo 2 a sentirse saciadas durante más tiempo, a regular el apetito y a reducir el hambre y los antojos al inducir al páncreas a fabricar más insulina. Pero no ha sido creado con el fin de que una persona sana baje de peso. Se combina con una dieta adecuada y ejercicio. Para estos pacientes hay una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, propio de su condición.

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¿Cómo funciona la semaglutida, quiénes pueden tomarla?, la medicina aprobada en Reino Unido y Estados Unidos que permite bajar de peso

Wegovy, su versión para la obesidad, fue aprobado para el control del peso crónico y tiene una dosis más alta de semaglutida que Ozempic. Los ensayos clínicos muestran más pérdida de peso, pero no mejor control glucémico.

Esta última aplicación llamó la atención de personalidades como Elon Musk, quien mencionó que usaba semaglutida para estar “en forma”. En TikTok, la etiqueta #ozempic ha sido vista más de 341 millones de veces. Varios influencers, como las hermanas Kardashian, aseguran que es el secreto de su delgadez.

Ahora, la FDA ha puesto a Ozempic y a Wegovy (semaglutida) en la lista de medicamentos que escasean, informó The New York Times. La farmacéutica responsable, Novo Nordisk, admitió que hay “disrupciones intermitentes” en el abastecimiento de los fármacos “debido a una combinación de una demanda increíble junto a otras restricciones del abastecimiento global general”.

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Ya en noviembre de este año, científicos consultados por National Geographic advertieron que el uso de Ozempic fuera de la diabetes no tiene comprobada eficacia, seguridad y pérdida de peso a largo plazo.

Y señalaron los efectos secundarios más comunes: náuseas, estreñimiento y diarrea; más raramente, pancreatitis, enfermedad de la vesícula biliar y retinopatía diabética.

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El entrenador personal estadounidense Jacob Zemer comentó los videos de las hermanas Kardashian. Opinó que el medicamento podría estar detrás del cambio en la imagen de las celebridades, pero recalcó en su canal de YouTube que, si alguien no tiene obesidad y lo que busca es un cuerpo sano, delgado y tonificado, entonces el Ozempic no es para esa persona: Esta droga desintegra tanto grasa como músculo indiscriminadamente”.

Expertos contactados por la agencia EFE explicaron que los médicos tienen alternativas en caso de que los pacientes de diabetes tipo 2 no puedan encontrar este fármaco. La escasez empezó en octubre de 2022, señaló Ana de Hollanda, endocrinóloga del Hospital Clínic de Barcelona (España) y miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

Para las personas sanas o que batallan con su peso y están pensando automedicarse, los médicos insisten en que la fórmula tiene prescripción y que tomarla sin supervisión médica puede acarrear consecuencias.

“Si lo utilizas sin control, vas a tener sensación de pérdida de apetito y a perder rápidamente masa grasa e incluso muscular; pero, cuando lo dejes, vas a tener un efecto rebote”, agregó Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla (España) y vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.

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El gran problema, dice Morales, es que la promoción del inyectable venga de personas con peso normal. “Son fármacos seguros, muy eficaces y que funcionan muy bien” cuando un médico lo dirige, “pero no son una varita mágica: si lo utilizas sin ningún control, vas a tener un efecto rebote muy grande”.

Morales dice que la culpa no es de las personas con obesidad, que se sienten culpadas tanto por la sociedad como por sus médicos, “cuando sabemos que en esta enfermedad hay muchísima biología, genética, epigenética, factores de sueño, hormonales, sociales y psicológicos”.

“La gente está desesperada”, resume, y anima al que tenga sobrepeso a buscar a un especialista para un tratamiento integral. “La obesidad no es una enfermedad moral ni una cuestión de elección: es una enfermedad social”. (I)