En Casa Cino Fabiani se estrena el viernes 22 de agosto la comedia de humor negro La coartada, dirigida por Iñaki Moreno, sobre un texto del dramaturgo uruguayo Juan Luis Granato.
“Me gustó, porque una parte me recuerda un hecho que sucedió en mi vida. Dada la coincidencia, lo tomé como que debía hacer esto”, cuenta el productor Arnaldo Gálvez, añadiendo que la obra se ha puesto en escena en Uruguay y en Argentina.
Solicitó los derechos y ahora se propone llevarla por Ecuador, empezando por Guayaquil. Es un texto que considera muy bien hecho y divertido. “Quién no ha sido traicionado por alguien en su vida”. Pero no hay que limitarse a la traición sentimental. “Me gusta el giro que tiene, el cambio de escenario que hay dentro de la comedia, y sobre todo, me agrada que tenga un elenco muy sólido, muy compenetrado”, o como él dice, “con muchas tablas”.
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María Karla Gómez ha estudiado teatro desde los 5 años. “Es una actriz con escuela”. Iñaki Moreno, que dirige y actúa, es profesor de la técnica Meisner. José Andrés Caballero ha trabajado con Gálvez en tres ocasiones, contando esta. “Y con Frances Swett, aparte de que somos muy amigos, es la segunda vez que está conmigo en una obra de teatro escénico. Ninguno es improvisado”.
Dos parejas, demasiados secretos en ‘La coartada’
Los actores interpretan a dos parejas amigas que han devenido en rivalidad profesional, económica, social. Se reencuentran, más por interés y por curiosidad que por cariño, y esa reunión los desestabiliza.
María Karla Gómez (Los García) es Cecilia, esposa de Leandro (Iñaki Moreno). “Nos reencontramos después de cinco años en la casa de estos amigos, que nos invitan supuestamente para compartir, pero hay un objetivo detrás, que es pedirnos dinero”. Será difícil encontrar empatía en la manipuladora Cecilia.
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Frances Swett se enteró de que Gálvez tenía un texto divertido y se lo pidió para leerlo. “Le dije: ‘Yo quiero ser Valeria’. (El productor confirma). “Quería hacer algo distinto, venía de Los García”. Valeria es la esposa de Diego (José Andrés Caballero), el que se metió en un negocio y perdió todo. “Estamos en un lío y necesitamos que nos presten $ 200.000”. Y al orgullo de Valeria le duele verse en esa situación.
Caballero había trabajado en Cino Fabiani en 2021, en dos ocasiones. “Me dijo que tenía una comedia que había sido taquillera en Uruguay, en Argentina, en Miami; tenía todo ya armado. Sin leer el texto dije que sí, porque ya sabía que la iba a pasar bien”. En cuanto a Diego, “es un man que se maneja con un motor de culpa, tiene la energía bajita, es muy ‘pegue, patrón’, por haber fracasado con este negocio, y ahora invita a esta pareja de amigos para pedirles un favor". Pero detrás de todo esto hay una estrategia más grande, de la que nadie se da cuenta hasta mucho después.
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Moreno vino como director, pero se fijó en el personaje de Leandro. “Ya lo había hecho una vez, dirigir o entrar en uno de los roles”. Su Leandro es un hombre exitoso que decide revisitar los orígenes con esos amigos que no han podido triunfar. Para su mala suerte, estando juntos ocurre algo que los deja atrapados en esa casa. “Cuando sale lo económico, saltan las miserias humanas. Pero cuando pasa lo grave, se recupera un poco la ternura. Habrá que ver”.
Casi todos ellos han trabajado juntos antes, tienen una dinámica fluida, veloz, algo propio del mundo de la televisión. Pero el teatro tiene su propio tiempo. “El proceso es importantísimo”, afirma Caballero, “porque tienes chance de trabajar esa química y explorar el personaje desde sus inicios, desde sus primeras lecturas. Eso hace que la esencia sea distinta y la reacción del público en vivo es una sinergia invaluable”.
“En el teatro se ve la versatilidad de cada actor. Tu trabajo corporal, tu voz y dicción. Es un momento ciento por ciento vivo. Si pasa algo, en ese momento lo tienes que resolver. Eso te hace un mejor actor”, resume Gómez.
“Para mí, es la energía que se crea con el público”, opina Swett. “Cuando tú estás en el escenario, los corazones del público y de los actores laten al mismo ritmo. Yo no tenía idea de esto, lo investigué. (El público) está viviéndolo contigo”.
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“La gran diferencia es el tiempo”, agrega Moreno. “El tiempo de filmación en la TV es resultadista; y pienso que acortar el tiempo va en contra del arte. A menos tiempo, arte más paupérrimo. En el teatro es más dilatado, podemos generar procesos más largos y, lo más importante, durante la obra el tiempo no se corta. Es una toma única, un plano secuencia que no termina. Suceda lo que suceda, todo va a ir hasta el final, un tiempo y espacio que se comparte en vivo y en directo con otros seres humanos”.
La coartada tendrá nueve funciones, el 22, 23 y 24 y 29, 30 y 31 de agosto y el 5, 6 y 7 de septiembre. El aforo en Casa Cino Fabianni es de 70 personas. Dura una hora con diez minutos, se inicia a las 20:00 los viernes y sábados y a las 17:00 los domingos.
“Lo más relevante con esta obra es que volvemos a casa, porque no hemos hecho teatro en Cino Fabiani en dos años”, comenta Gálvez. Durante ese tiempo ha estado de gira por el territorio nacional con La misma sangre (Sebastián Cordero, con actuaciones de Carlos Valencia y Marco Bustos). Fueron cuatro temporadas en Quito, una en Samborondón.
Para noviembre está pensando en otra pieza. Pero antes, en octubre, irá al MAAC con La misma sangre, para esa temporada que se le debe a Guayaquil, que tendrá cuatro funciones.
¿Qué tal le sienta a Guayaquil la comedia negra? “Superbién”, opina. “Porque los guayacos somos expertos haciendo memes, bromas irónicas, es totalmente nuestro humor y, dados los tiempos, creo que con más énfasis”. (F)