El estreno de la película Elvis en cines el año pasado fue parte del “envión” necesario para que el Teatro Sánchez Aguilar (TSA) produjera Tutti Frutti, un espectáculo de rock & roll. Según Ramón Barranco, director artístico del TSA, Pedro Pablo Moscoso, director, e Israel Maldonado, director musical, fueron esenciales para el proceso de selección de los artistas y temas que suenan en la obra.

Aunque Moscoso no estaba tan familiarizado con el género, disfrutó salir de su zona de confort con ayuda de Maldonado, versado en los clásicos de las décadas de los 70, 80 y 80. A Moscoso pronto le interesó “resignificar” el rock & roll más allá del aspecto musical y ahondando en el cultural: el desenfreno y la libertad conjugados con música y danza.

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Así, Tutti Frutti es una obra musical y de danza que incluye a artistas como Michael Jackson y Madonna, que no son parte del género pero son representativos de valores similares. “Pensé: me gustaría mucho ver un abrazo entre Michael Jackson y Elvis, que tal vez no son del mismo palo”, expresa Moscoso.

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De ahí nace, continúa el director, la selección musical de la obra, que incluye a artistas como Macy Gray, Tina Turner, Elvis, Pink Floyd, The Doors, Michael Jackson, Little Richard, Tears for Fears, Billy Idol, Pet Shop Boys y David Bowie, entre otros.

Tutti Frutti debutó en el TSA el pasado jueves 11 de mayo y tiene funciones los jueves, viernes y sábados a las 20:00 hasta el 27 de este mes. Las entradas cuestan $ 20 (platea C), $ 30 (platea B) y $ 45 (platea C).

Parte del atractivo de la obra para el público, según Barranco, es la predilección del guayaquileño por los espectáculos de danza y particularmente del karaoke. Tutti Frutti, destaca, es un “karaoke de rock & roll”. Las canciones elegidas, añade el director, son todas “himnos” y fácilmente reconocibles para un público amplio.

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El público, según el director musical, tiene una “sed” de apoyar las producciones artísticas nacionales, con la condición de que sean de buena calidad, pues el guayaquileño es el “primero” en señalar un producto cultural deficiente.

La obra está armada de doce cuadros, y cada cuadro tiene dos o tres canciones estilo mashup (mezclas), entre temas que nominalmente “no tendrían sentido juntos”, según Moscoso, pero que funcionan dentro del contexto de la presentación. En un cuadro, por ejemplo, mezclan una canción de Pet Shop Boys y David Bowie.

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El vestuario está diseñado con el objetivo de “jugar con la idea” de rediseñar los atuendos clásicos del rock & roll. La contraposición entre la vestimenta inspirada por artistas como la estadounidense Cher, por ejemplo, es simbólico de uno de los pilares conceptuales de la obra: algunos de los artistas escogidos no se desenvuelven en el mismo género, pero encapsulan su espíritu porque “desafiaron al statu quo”.

A diferencia de Se vale todo, obra musical dirigida por Moscoso y producida por el TSA en 2021 y que estaba enfocada en la danza al ritmo de artistas como Juan Gabriel, Shakira y Calle 13, Tutti Frutti tendrá también una banda en vivo para acompañar a los 16 bailarines. La banda consistirá de cinco cantantes y cinco instrumentistas. Será dirigida por Maldonado y contará con la participación de Gustavo Pacheco.

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Pacheco, integrante de la banda ecuatoriana Boddega, formada en 1972, se especializa en tocar rock clásico, pero nunca había escuchado a la banda británica Queen, por ejemplo. “Él toca guitarra increíble, rockea como nadie, pero toda su vida ha tocado rock clásico... ¿Te imaginas enseñarle a alguien la canción Bohemian Rhapsody por primera vez?”, indica Maldonado sobre Pacheco. Según Barranco, el rockero ecuatoriano está “agradecido” porque le han “abierto puertas que él nunca había tocado”. (E)


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