José Delgado cumple 34 años en la televisión, pues en 1990 debutó como reportero en Teleamazonas, y en esos años ha producido coberturas que se hicieron virales incluso antes del auge de las redes sociales.

Presentador de Primer impacto Ecuador (Gamavisión, 1996 y 2003), Ciudad desnuda (Ecuavisa, 1999) y En carne propia (Canal Uno, 2008), en este último espacio realizó algunas de sus entrevistas más conocidas.

Ahora lo hace desde su canal de YouTube, en el que presenta diferentes segmentos, como Historias urbanas, y desde su nueva casa, TC Televisión, con Alerta roja, desde el cual recomienda tener cuidado al estar en la calle, como cuando fue abordado por alguien que se hacía pasar por una persona sordomuda y que en ese momento lo saludó hablando con fluidez, pues se olvidó de actuar por la emoción de verlo. “Nunca falta gente así”, reflexionó el comunicador.

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Algunos usuarios en la red social X hicieron sus listados colaborativos de los momentos más memorables de la carrera televisiva de José Delgado y los rostros que lo han acompañado.

‘Amor, comprensión y ternura’

Delgado visita a Julio César y John Ayala Orellana, por pedido de su madre, Dolores, quien pide ayuda a la policía para que ambos sean rehabilitados de la adicción a las drogas. “Quiero que me haga ver la sangre”, dice uno de los hermanos, visiblemente ofendido de que se lo presente como un adicto. Los dos hermanos se opusieron a ser persuadidos de entrar a un centro de rehabilitación, pues alegaron que ellos ya habían sido encerrados anteriormente, aunque en la Penitenciaría del Litoral.

‘Harta demencia’

Entrevistando a un grupo de adolescentes en una tienda de barrio, Delgado encuentra al joven Eliseo Duarte, quien le confiesa su sueño de ser policía. “Yo soy bachiller, tengo 20 años y quiero ser policía, pero del GIR, quiero ser un man ‘harta demencia’, encapucharme hasta acá”, dijo, añadiendo su deseo de tener un arma y hacer justicia. “Me gustaría ser un peso pesado”.

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El 24 de febrero de 2023 Duarte, quien ya había entrado en proceso de rehabilitación, resultó herido en un ataque armado en el que murieron cuatro personas que estaban con él en la casa de acogida Abrigo del Altísimo. Durante meses no hubo noticias de él, hasta que en junio su esposa explicó que estaba en recuperación.

Se ha perdido un barrio

José Delgado lamenta la decadencia del barrio Garay, mientras que a un vecino le parece absurdo que digan que la zona “se ha perdido” si él ve las casas y las calles en su sitio. “Ya lo encontró, pues”, le responde al periodista, y le recomienda que ponga un anuncio en el periódico, ‘Se ha perdido un barrio’. Ante la explicación de que la pérdida está en la conducta de la gente, el consultado no se ablanda. “Y yo qué culpa tengo”. Finalmente, pierde él la paciencia cuando escucha hablar de drogas. “Retírese, por favor, caballero”.

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Los nervios ‘asiáticos’

Un ciudadano de la tercera edad busca los servicios de un sobador y juntos hacen una demostración para la cámara. Durante el masaje, se hace evidente que el paciente tiene la piel sucia. “¿Por qué no te bañas, ñaño?”, dice el sobador, quien a pesar de las exclamaciones de dolor del otro, está determinado a dar un paso a paso de su procedimiento. “Cuando ya trabajamos el ‘lumbal’, llegamos a una parte que se llaman los nervios asiáticos”. Concluye que el hombre está lleno de estrés. “Necesita como mínimo unas tres terapias”. Entonces descubre que su trabajo no será pagado, pues el cliente solo se prestó a una demostración para darle la oportunidad de salir en televisión. Por suerte todo termina en risas.

‘Me la saco, José Delgado’

Delgado aborda a un joven en bicicleta, que se acerca, le da la mano y le asegura al periodista que se ha ganado su respeto, con un apelativo cariñoso. “Aquí la gente sana haciendo deporte; siempre mi respeto para usted, mi perro”. Pero no hubo tiempo para muchas preguntas porque tenía prisa. “Me la saco, José Delgado, a lo bien”.

‘390 horas en la universidad de ‘Harver’'

Un ciudadano, al ser consultado por un asalto en su sector, le enumera a Delgado sus estudios universitarios que incluyen 390 horas en la Universidad de ‘Harver’, y cuando este le repregunta, se indigna y le responde con un par de insultos en inglés. “Es uno de los lenguajes que hablo”.

‘No le entiendo nada’

En el segmento Directo al grano, de José Delgado TV, el reportero se acerca a un hombre de terno, pero después de una larga charla, confiesa que no logra entender nada de lo que dice. El interlocutor, con mucha paciencia, le contesta: “Ya, escúchame”, y continúa contándole su situación, sin que Delgado logre saber de qué se trata.

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‘Sonríe a la cámara’

En un episodio de Verdades urbanas, Johnny, un vecino que es acusado de hacer escándalos en su barrio encara con seriedad a José Delgado y le ordena: “Sonríe a la cámara. Dime la verdad. ¿Eres azul o eres amarillo?”. Está vestido con una camiseta de Emelec y empieza a levantar la voz para hacerle barra a su equipo.

‘Tengo mi licencia, pero por la izquierda’

Un joven le dice a Delgado que está buscando trabajo, en el área que sea, solo necesita una oportunidad, ya que le gusta hacer las cosas ‘por la derecha’. Para asegurarse el puesto, resalta una de sus habilidades. “Tengo la licencia, pero por la izquierda, ja, ja, ja”.

‘El rostro de nosotros es difícil’

Una mujer pide a los jóvenes del barrio que no toquen sus viviendas y negocios, ante la atenta cámara de José Delgado TV. Un representante de los chicos entiende la preocupación de la vecina. “Claro, quizás se asustan porque el rostro de nosotros es difícil, está bien, aceptamos nuestra realidad, piensan que les vamos a robar”. Pero deja ese tema por un asunto más importante. “A mí me falta un dólar para comprar una funda de melcocha, ayúdeme, porque esto está muy hablado”, le confiesa al entrevistador, mientras él y sus amigos tratan de persuadir a Delgado para que les dé dinero. (E)