La codiciada receta del pescado frito de una picantería popular de Guayaquil es usada como punto de partida para la nueva serie del creador audiovisual Paco Cuesta y, al mismo tiempo, es la excusa para abordar otros relatos, problemáticas sociales y de género que se despliegan en cada episodio con un poderoso lenguaje visual.
“La picantería El Pescado Frito fue la pionera en Latinoamérica en la inclusión de personas transgénero. Logró que las meseras y las cocineras formen parte del crecimiento económico de nuestra ciudad cuando Guayaquil no quería verlo”, celebra una de las primeras escenas reveladas de la ficticia trama en donde Lula de Silva, propietaria del restaurante, recibe un reconocimiento público por su sabrosa sazón. “Las personas van a la picantería no porque sea un lugar ‘extraño’, van porque la receta del pescado frito es deliciosa”, aclara el personaje interpretado por Fernando Gálvez al ser cuestionada por la prensa.
Abordar esta problemática, afirma Cuesta, resulta indispensable en este momento histórico. “Las personas trans arriesgan su vida y sus relaciones al salir al mundo de acuerdo con aquello que ellas saben que son, pero sabiendo que mucha gente no será lo que ellas son y eso genera, a veces, violencia, y todos lo hemos visto en las calles cuando hay personas que dicen cosas horribles cuando ven a una mujer transgénero caminando”, expone Cuesta sobre la temática central del thriller.
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“No hay derecho y sin embargo la gente sigue agrediendo a quienes son diferentes a ellos, cuando somos todos iguales (...) Cómo no voy a tratar de mostrar esta realidad guayaquileña y mundial en este momento cuando las cosas están cambiando de una manera tan rápida, como el hecho de que un ecuatoriano haga una serie con personas transgénero y que encima se sienta muy orgulloso, algo impensable hace diez años”.
Cuesta precisa, además, que quienes representan a personajes transgéneros son en realidad mujeres trans y que se convirtieron en sus mejores asesoras al momento del rodaje. “Tal es así que tuve que cambiar el libreto algunas veces porque estaba yéndome por caminos que no necesariamente eran los correctos. Había muchas cosas que yo desconocía porque no soy un activista, sino un artista y un autor que estudia sobre el tema cuando va a realizar un guion, pero lo teórico es diferente a haber convivido con personas transgénero”, dice. “Durante todo el rodaje siempre pensé en ellas como mujeres y las sigo viendo así”.
Los episodios se rodaron en un local real de venta de pescado frito al sur de la ciudad. Otras locaciones fueron la calle Cuenca y el centro de la ciudad, incluyendo Puerto Santa Ana. “Como es una serie de bajo presupuesto trabajamos en casas prestadas por personas que apoyaron el proyecto y también le agradecemos al Teatro Centro de Arte por prestarnos su cocina”.
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El estreno de la serie producida con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos será el martes 30 de agosto a las 19:00 en el espacio MZ 14 (Pichincha y av. 9 de Octubre). “Todos los que hacemos este trabajo coincidimos en la importancia de visibilizar sus emociones a través de sus actuaciones e interpretaciones, así como las luchas que tienen, provocará, y espero que así sea, que se comprenda que su anhelo de amar y de ser felices en esta sociedad son exactamente iguales a los de cualquier otra persona”.
Aún no se ha confirmado una plataforma o canal para su transmisión.
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