El francés Claude Vorilhon vivía un vida nomal: era un periodista deportivo, fue piloto de carreras y editor de la revista AutoPop. Todo cambió cuando el 13 de diciembre de 1973, reportó haber tenido un encuentro con unos extraterrestres que le pidieron transmitir su mensaje a la tierra.

Esa ‘revelación’ fue lo que motivó a Vorilhon a crear el Movimiento Raëliano o Raëlianismo, una religión que le atribuía a los ovnis la creación de la vida humana. El periodista abandonó su carrera y se dedicó completamente a ser Raël, el líder de esta religión, aunque él solo se denominaba el mensajero.

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Yo soy el mensajero, nada más. Todo está preparado para que el movimiento no acabe conmigo”, escribió Raël en ‘El libro que dice la verdad’, su primera publicación sobre el tema.

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Claude Vorilhon. Foto: Christopher Morris - Corbis

En este texto, él planteó que los extraterrestes, a los que él llama Elohim, fueron los responsables de crear todas las formas de vida en la Tierra, tras 25 mil años de investigaciones científicas.

Su historia se cuenta en una serie de Netflix

Netflix, el gigante del streaming, estrenó en febrero una serie documental sobre Raël y la creación del Movimiento Raëliano, el que ha sido denominado como una secta.

Se trata de “Raël: el último profeta”, y se compone de cuatro capítulos en los que narran cómo cada vez más y más personas se unieron a esta religión. Particularmente, la serie no solo incluye testimonios de sus antigüos miembros, sino también del mismo Raël, Claude Vorilhon, su fundador.

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Durante la época de mayor popularidad de la secta, Raël habría convencido a las mujeres de firmar un contrato para entrar, en el que se comprometían a tener una relación ‘sexualmente exclusiva’ con él.

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Brigitte McCann, una periodista radicada en Calgary que trabajó de incógnito dentro del grupo y fue testigo de estos acontecimientos de primera mano, lo expresó: “En última instancia, eran esclavas sexuales”. La mayoría de encuentros eran al desnudo, y practicaban la ‘meditación sensual’.

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Dentro de la cultura de los raëlianos, sin embargo, a estas mujeres se las conocía como la “Orden de los Ángeles”. McCann informó que vio ceremonias en las que ‘ángeles’ desnudos atendían todos los caprichos del profeta.

Raël incluso tomó por esposa a una adolescente de 16 años, con el permiso de su madre, quien también pertenecía a la secta.

Sophie, la joven con la que se casó Raël mientras era parte de la secta.

La sede del Movimiento Raëliano era en Canadá, y ahí fue donde luego surgieron las primeras acusaciones de abuso sexual de parte de Raël y sus segundos al mando. Además, el grupo lanzó una empresa en las Bahamas para realizar experimentos de clonación de humanos.

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La noticia de esta secta llegó a los oídos de George W. Bush, en ese entonces presidente de Estados Unidos. En marzo de 2001, Raël y otros fueron llamados ante el Subcomité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes para testificar sobre la ética de su empresa, mientras los legisladores debatían la prohibición de la clonación humana.

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¿Qué pasó con Raël?

A pesar de haber sido cuestionado legalmente y con una serie de acusaciones en su contra, Claude Vorlihon no ha sido arrestado ni juzgado por los actos que cometía en su secta.

En el 2007, se retiró a buscar refugio en Japón, pues las autoridades no pueden investigar sobre sus delitos en otros países. Y ahí es donde Vorlihon, a sus 77 años, sigue predicando sus ideas a los miembros que aún le quedan al Movimiento Raëlista. (E)