Macaulay no es el único miembro del extenso clan Culkin que ha logrado un gran impacto cultural. Su hermano menor, Kieran, quien también apareció junto a su hermano en la exitosa Mi pobre angelito (1990), es hoy a sus 40 años una de las superestrellas de la serie dramática Succession (HBO), que los domingos por la noche paraliza a sus fanáticos en todo el mundo, quienes esperan con ansias cada nuevo episodio de su cuarta y temporada final.

Solo dos años menor a Macaulay su rol como Roman, el problemático heredero del magnate mediático Logan Roy, le ha valido ya dos nominaciones a los premios Emmy y tres candidaturas a los prestigiosos Globos de Oro.

Aunque aún sin igualar a la audiencia de La Casa del Dragón (también de HBO), el estreno del primer episodio de la cuarta temporada de Succession, llegó a 2,3 millones de espectadores (divididos entre su señal de cable y los suscriptores de HBO Max) el domingo 26 de marzo. El último episodio de los que conforman esta temporada se emitirá el próximo domingo 28 de mayo.

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Creada por Jesse Armstrong, la serie explora temas de poder y dinámica familiar a través de los ojos del patriarca Logan Roy (Brian Cox) y sus cuatro hijos adultos, Kendall (Jeremy Strong), Siobhan (Sarah Snook), Roman (Kieran Culkin) y Connor (Alan Ruck).

El episodio final de la serie se transmitirá el próximo domingo 28 de mayo y se prevé que tenga una extensión mayor, ‘casi como una pequeña película’, han dicho sus creadores sobre el desenlace.

En esta última entrega, la venta del conglomerado de medios Waystar Royco al visionario tecnológico Lukas Matsson está cada vez más cerca. Pero la perspectiva de esa venta sísmica provoca angustia existencial y división familiar entre los Roy mientras anticipan cómo serán sus vidas una vez que se complete el trato. Una lucha por el poder se produce cuando la familia sopesa un futuro en el que su peso cultural y político se ve severamente reducido.

La cuarta temporada debutó con elogios de la crítica, con Vulture llamándola “un brillante ejemplo de las mejores cualidades de la televisión”, mientras que Variety afirmó que la serie “se supera a sí misma de nuevo”. Mientras que las tres temporadas previas de Succession han obtenido 48 nominaciones al Emmy y 13 triunfos, incluida mejor serie dramática.

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“Recuerdo haber tomado la decisión de tratar a este tipo (Roman) como alguien que cree que nunca tendrá que sufrir ninguna consecuencia. Nunca ha tenido que lidiar con las repercusiones. Entonces, eso explica su falta de filtro y el hecho de que a él nada le importa, porque siempre estará bien, pase lo que pase, cree que es impenetrable”, describe Culkin a su personaje.

Fama en la adultez

A diferencia de Macaulay, Kieran disfruta hoy del reconocimiento mundial en una etapa de su vida mucho más estable: está casado con la británica Jazz Charton con quien tiene dos hijos: Kinsey y Wilder.

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Por supuesto, Kieran también tuvo que navegar por las turbias profundidades de una celebridad de Hollywood y una familia caótica del mundo del espectáculo y quizás por eso, a pesar de ser considerado por sus compañeros como un actor extraordinario, incluso un talento generacional, Kieran ha resistido activamente la atracción del estrellato durante casi tres décadas.

Una actitud completamente lejana al de su personaje en Succession, probablemente el más irresponsable y desenfrenado de los Roy. Según recogió The Hollywood Reporter, Kieran pudo ver cómo deben ser la fama y la atención. “No me maneja, yo la manejo”.

“Estoy tratando de recordar el momento exacto en que me golpeó la fama”, relató para ese medio. “Creo que fue al final de la primera temporada. Recuerdo llegar a casa y pensar: ‘Esto es lo que quiero hacer con mi vida. Creo que quiero ser actor’. Tenía como 36 años. Ya lo había estado haciendo durante 30 años”.

Ahora puede manejarlo, porque a sus 9 años, cuando fue parte del elenco del Padre de la novia (1991) le resultó muy solitaria en el Sheraton Universal, donde permaneció durante tres meses con su padre, Kit, como única compañía.

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Otro proyecto que marcó su carrera fue la obra de Kenneth Lonergan This Is Our Youth (2003) y la película Igby Goes Down y que le valió su primera nominación al Globo de Oro a sus 19 años.

En 2016, el agente de Culkin le envió el guion piloto de Succession y le pidió que leyera para el torpe primo Greg (un rol que finalmente obtuvo Nicholas Braun). Culkin, en cambio, grabó tres escenas de Roman en una cinta y las envió. Jesse Armstrong sabía que había encontrado a su Roman al minuto de haber visto la cinta de Culkin.