En un inédito giro de eventos, nadie lloró la mañana de este miércoles 31 de julio en el matinal En contacto cuando se presentó al actor Santiago Naranjo como nuevo talento de ese programa de Ecuavisa. Aunque es cierto que la natural emotividad de sus conductores se ha tomado como broma en las redes sociales, este anuncio de verdad conmovió al protagonista de esta entrevista.

Con su forma de hablar rauda y risueña, el artista de 56 años se muestra muy emocionado por este regreso a la televisión, sintiéndose por momentos al borde de las lágrimas. Pero no pudo llorar, explica, porque al llegar a En contacto estaba usando lentes de contacto. Acto seguido, se ríe por la redundancia que acaba de emitir.

“Estoy muy contento, yo nací aquí hace muchos años, como actor en la serie Dejémonos de vainas (1991-1999)”, recuerda Naranjo. “Estoy muy orgulloso de regresar a mi escuela, de regresar a mi universidad, de regresar a mi casa”. El reconocido actor ahora desempolva su traje de reportero de comunidad, desde Quito y otros rincones de la Sierra ecuatoriana, para el mismo canal donde aprendió esta faceta que disfruta lo mismo que la actuación.

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Santiago Naranjo, un actor de caras y gestos

“Como les decía a unos amigos antes, no es que yo tengo una doble profesión, sino que al ser comunicador, al ser actor, se me dio eso. Aquí justamente en Ecuavisa descubrí que era muy cercano a la gente. Salía el actor y como que les hacía reír y cosas así, me tenían más confianza de contar los problemas, de eso me fui dando cuenta”, recuerda el comediante. En Está clarito (2002-2006) fue explotando ese potencial que lo llevó incluso de golpear la puerta de las instituciones públicas para que den respuesta a los pedidos ciudadanos.

“En Está clarito confiaron en dos actores cuando me convocaron a mí con Richard Barker. Las primeras veces me decía, ‘¿qué hago aquí si soy actor? Yo necesito aprenderme un guion’. Pero en la noticia de la comunidad hay una necesidad de investigar, igual que un actor investiga para hacer un papel. Luego me tocó aprender a editar y un montón de cosas más. Todo eso me posibilitó también a estar en otros medios de comunicación”.

En ese sentido, Naranjo se suma a las labores que ya realizan en el show matutino los periodistas Henry Bustamante y Luis Antonio Ruiz, que arrancan el espacio a las 10:30 con un reporte de noticias de la comunidad.

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Santiago Naranjo (centro) con sus nuevos compañeros de trabajo de ‘En contacto’: Henry Bustamante, Virginia Limongi, Dora West, Gabriela Díaz, Luis Antonio Ruiz y José Urrutia. Foto: Cortesía

Henry (Bustamante) es mi amigo y me da gusto ver cómo ha crecido, qué orgullo. Lo conozco desde guagüito. Cuando hacía justo aquí una serie que se llamaba Los hijos de la patria (2004), los famosos HPs, ahí lo conocí a Henry, era un muchachito. Y ahora es un símbolo de la comunidad en la Costa ecuatoriana, y por qué no decirlo, en el Ecuador”.

De los reportes de comunidad, uno de los que más recuerda con cariño fue el de una madre de familia que vivía con seis hijos de forma informal e insegura en una quebrada por el río Machángara, en la capital.

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“A través de nuestros medios conseguimos que el alcalde de Quito, en ese entonces el señor Barrera, consiga para la señora un departamento en unas viviendas populares que hizo en el sur de la ciudad. Queríamos poder sacarle a la señora de la quebrada, porque sus niños estaban casi muriendo con neumonía. Y en la época invernal eso era terrible. Fuimos primero con médicos, durante casi dos meses, toda una novela... Cuando llegó la señora a su nueva casa, estábamos con las cámaras emocionadísimos. No se casaba con el príncipe dorado, pero tenía su casa al menos. Abrimos la puerta y llega la señora y se queda viendo todo así (Santiago Naranjo, como gran actor, evoca los gestos de incomodidad de la señora)”.

El histrión esperaba que la mujer se mostrara más conmovida. “Yo dije va a llorar, a reír, va a aplaudir, no, ninguna sonrisa”. La madre, después de agradecer la gestión, les recrimina: “¡Pero falta, pues, la cocina y la refrigeradora!”.

Por supuesto, es una anécdota que les hizo reírse en medio de la adversidad, y así tiene otras historias mucho más lindas, dice, como la de una mujer a quien pudieron conseguirle una prótesis de mano por medio de la gestión con la fundación Hermano Miguel.

Es imposible no reírse con las caras y los gestos que hace Santiago Naranjo en sus relatos, la gesticulación ha sido su mayor fuerte actoral desde que empezó su trayectoria. Y en los matinales también ha puesto sus personajes, como la querida y aterradora Doña Sugeidy. ¿También vendrá a En contacto? “Depende de lo que diga mi jefa Betty Mata”, bromea el artista, ya sin ninguna intención del llanto inicial. Ganador de mil batallas... (E)

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