HANGZHOU, China

¿Cómo una línea de transporte con solo 25 unidades en Sauces puede embacarse en un proyecto para reemplazar su flota a buses eléctricos en Guayaquil?

La decisión se remonta dos años atrás en Sauces, en el norte de Guayaquil. Cuando los directivos de la línea 89, que tiene la ruta que va de Sauces 4 hasta el centro, decidieron dar un giro a su negocio.

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Se plantearon ir de un bus a diésel a uno que no solo sea rentable, sino más amigable con el planeta. Y el viernes concretaron esa idea al recibir en China 20 buses eléctricos, los primeros que circularán en Guayaquil. Un cambio que supone un paso importante en la adopción de este tecnología en la ciudad.

José Silva, un contador y consultor que preside Saucinc, cuenta que fueron acogiendo la idea de ir hacia los buses eléctricos luego de investigar y tomar contacto con varias empresas en las que tocaron las puertas para ver modelos que puedan funcionar en Guayaquil.

Apasionado con las innovaciones tecnológicas, Silva señala que estaban en busca de buses que no solo hagan sustentable la operación, sino de la posibilidad de contribuir a una menor contaminación ambiental.

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Esa oportunidad de hacer algo diferente en Guayaquil surgió en esta compañía ante la cercanía del cumplimiento de la vida útil de las busetas que hoy operan y que pasan los 10 años.

A Silva, nacido en el cerro Santa Ana,  le había llamado la atención la tecnología de buses movidos por baterías de hierro de fosfato, capaces de recorrer más de 200 km, con un menor costo de mantenimiento. Sus ojos apuntaron a China, donde hay experiencias en esta materia.

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El camino no era fácil, pues sabían que estas unidades resultaban costosas. Hasta el doble de costosas que las convencionales a diésel. Las que finalmente adquirieron cuestan $ 400 mil cada una.

Según los análisis de esta compañía, parte de la recuperación de la inversión estará dada por el hecho de gastar menos en mantenimientos. Silva señala que podrán ahorrarse un 40% en ese rubro.

La compañía tuvo que pasar por varios procesos y esperar para tener acceso a un crédito de 7,6 millones de la Corporación Financiera Nacional. (CFN), que sirvió para cubrir una parte importante de la compra de la flota al fabricante chino BYD.

Silva, quien llegó al sector de la transportación cuando tuvo que representar a su familia por el bus que tenían en Saucinc, manifiesta que en los últimos años han ido consolidando cambios para darle un giro diferenciador al manejo del negocio de la línea 89.

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De furgonetas a buses eléctricos

En sus inicios Saucinc era una cooperativa de furgonetas que luego pasó a busetas de 32 pasajeros a diésel. Ahora saltan a buses eléctricos de 12 metros con capacidad para llevar 80 personas, entre sentados y de pie.

Esta firma hoy tiene una estructura diferente a una cooperativa, el modelo predominante en el sector. Sus decisiones se adoptan bajo una visión más empresarial, considerando la naturaleza del negocio.

Los buses, por ejemplo, están a nombre de la compañía y los conductores tienen establecido un sueldo. Esto evita que sus jornadas se transformen en una constante competencia en las calles por pasajeros.

Al principio, recuerda Silva, hubo resistencia a los cambios, pero hoy sus 12 accionistas tienen claro el camino trazado para ser un referente en el negocio

El empresario está optimista de que la incorporación de buses eléctricos genere una buena percepción en el usuario porque las unidades, a más de ser eléctricas, tendrán wifi, puntos de carga, aire acondicionado, cámaras de seguridad.

Dice que en sondeos realizados cuando se probó un bus en Guayaquil, había gente que se mostraba dispuesta incluso a pagar más por un servicio diferente.

Silva señala que la incorporación de los buses eléctricos tiene un mayor desafío. Entrenarán a 40 choferes y entre ellos espera tener en algún momento a mujeres manejando los buses eléctricos.

Los 20 buses se esperan que operen en marzo del 2019 y una vez que lleguen las busetas actuales de Saucinc irán a chatarrización. (I)