El poder restaurador de Dios abre el camino hacia el perdón.

Perdón

Sé que el perdón me beneficia a mí primero y principalmente. Si una experiencia dolorosa parece imperdonable, recuerdo enfocar mi atención en la situación y no en la persona o personas involucradas.El perdón comienza conmigo y soy yo quien se beneficia de él. Hoy, me miro al espejo y encuentro el regalo purificante del perdón, el cual es mío para compartirlo y recibirlo. Comprendo que aferrarme a heridas o resentimientos solo me agobia y aminora mi gozo innato. Visualizo los errores pasados en el fuego sagrado del Espíritu. Los veo purificados. Acepto mis bendiciones y las lecciones que aprendí. Perdono, suelto y dejo ir. Expreso mi ser verdadero y libre. El poder restaurador de Dios abre el camino hacia el perdón.

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Éxodo 3:2

Moisés miró, y vio que la zarza ardía en el fuego, pero no se consumía. (F)