La  importancia de la inteligencia emocional  radica en que a través de ella logramos gestionar   nuestras emociones,   motivarnos a ser mejores, alcanzar metas, desarrollar la empatía con las personas que nos rodean, entre otros aspectos, para mejorar la convivencia, tanto en el ámbito personal como laboral.

Así lo asegura Sandra Negrón, experta en inteligencia emocional. Ella explica que el concepto de este tipo de inteligencia es fruto de la evolución de teorías e investigaciones de los  últimos siglos. “La definición más popularizada es la que nos propone (Daniel) Goleman (1995):‘La capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlos y compartirlos con los demás’”, expresa la especialista.

La inteligencia emocional sirve en el área intrapersonal para desarrollar el autoconocimiento, que es el autoconcepto, autoestima, autorrealización; la autorregulación o gestión de nuestras emociones y la automotivación (orientación al logro, el compromiso), afirma.

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Mientras, en el ámbito intrapersonal influye en la conciencia social, es decir, la orientación al servicio y la empatía; y en las habilidades sociales para la gestión de las relaciones, en la comunicación, en cuánto influenciamos y de qué manera, asegura  Carmen Ojeda Oquendo, psicóloga clínica.

Entre las claves para desarrollar la inteligencia emocional está examinar con atención nuestra realidad interior, tomar contacto con nosotros mismos, con nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, comportamientos, creencias, valores y necesidades fundamentales como amor, seguridad, pertenencia, reconocimiento, autorrealización, de alimentarme, de ser libre, asegura Ojeda.

Negrón destaca que es importante también  “la disciplina para ser constante en las elecciones que tome y llevarlas a término  para hacer los cambios”.

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Ella agrega que se necesita además: “Tener una actitud proactiva ante mi propia vida; ser yo quien decida cómo quiero relacionarme conmigo misma, con los demás, cómo me proyecto en el ámbito profesional, cómo me relaciono con mis amigos”.

También se requiere honestidad para actuar de manera coherente según lo que piensas, sientes y haces, afirma Ojeda.

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Negrón dice que “se deben observar las necesidades de los demás, ser honesto con los otros expresando lo que sentimos auténticamente y de manera asertiva. Se trata de intentar reconocer lo que sentimos y de comunicarlo de manera adecuada a los demás”.

¿Cómo aplicarla?

En las relaciones familiares: Negrón comenta que hay que fomentar el compromiso con algún miembro de la familia, para ello hay que visitarlo, darle apoyo, acompañarlo, expresarle cariño; y generar actividades  para compartir juntos.
“Ámate a ti mismo y podrás amar a los demás; promueve la comprensión, el perdón, el respeto hacia ti mismo y podrás hacerlo con los demás”, dice Negrón.

En la calle: Hay que tener una actitud de compasión ante personas necesitadas y ayudarlas según las posibilidades.
“Si vas caminando puedes cambiar el día a alguien con una sonrisa (...).  Si estás manejando y hay mucho tráfico es natural sentirse frustrado y estresado, Para llevar mejor esta situación puedes descargar desde tu móvil una app de mindfulness”,  recomienda Ojeda.

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En el trabajo: Amplía tus perspectivas validando las demás, abriéndote a los puntos de vista de otros. Intenta aceptar al otro distinto a ti. Implícate de forma asertiva en el mundo personal de los que están a tu alrededor, genera un clima de confianza y una comunicación adecuada, aconseja Negrón.

“Utiliza la inteligencia emocional en la resolución de conflictos, en la toma de decisiones, o simplemente para hacer una pausa, respirar y volver a tomar contacto con tus objetivos”, añade Negrón.  (F)